Actividades en grupo o familia de Samhain 2ª Parte:
"Año Nuevo Celta"
Contactar con nuestro animal de poder
Habrá a
quienes les parecerá que hablar de fuerzas aliadas o de poder adquiriendo forma
de animales es dar por cierto cuentos de naturaleza infantil e inmadura; y por
ello propio de gentes que viven en una ignorancia y primitivismo psicológico.
Cuando escuchamos a los líderes de antaño y también del presente de las
culturas nativas vemos que reiteradamente nos tildan de locos y necios por no
poder ver lo que ellos tan bien ven y perciben. Incluso se horrorizan, no sólo
por el genocidio que les procuramos, sino porque nosotros mismos nos
autodestruimos. Por eso nos dicen “locos”.
Son
culturas que no han logrado un desarrollo cultural tecnológico como el nuestro;
algunos de ellos porque no han querido acudir en tal senda. Que los
nativo-americanos no quisieran utilizar la rueda no es primitivismo, sino
porque la rueda era un símbolo demasiado sagrado para utilizarlo tan
irreverentemente, cuando ruedas y círculos sagrados los había por doquier,
cuando construían pirámides utilizando una geometría y matemáticas altamente
complejas. No. No quisieron la rueda técnica porque querían seguir percibiendo
el mundo de una forma alternativa, ni más ni menos primitiva, solo diferente.
Cuando nos hablan de sus animales
totémicos, de sus animales de poder y ayudantes, no se refieren a que sus
antepasados fueran un castor, o un coyote, o un cuervo. No. Sino que los
símbolos y fuerzas representadas arquetípicamente en esas formas fueron
inspiradores en la constitución de su linaje. Cuando hablan del “animal de
poder” no se refieren a un espíritu incorporal como tratándose de un fantasma,
un demonio o un ángel en conformidad a
nuestras creencias; sino a una fuerza impersonal cósmica en resonancia con un individuo
concreto, cuya frecuencia vibratoria es armónica o resonante. Y esa naturaleza
energética, míticamente, se representa con el simbolismo de tal o cual animal.
Cuando
decimos que estas fuerzas son ayudantes o aliadas nos referimos a que se
produce una relación armónica entre tal frecuencia y nuestra consciencia o ser.
Y que para que tal fenómeno sea perceptible en nosotros, debe traducirse en
algún tipo de ajuste a la realidad objetual formal. Entonces nuestra psique le
confiere una imagen con la que nos tratamos y eventualmente la
individualizamos.
El proceso no es tan distinto del que realizamos
en los sueños propios de la fase REM. Mensajes, bloques de energía en nuestro
ser y cerebro activan millones de células cerebrales para producir una imagen,
y no sólo una imagen, sino un escenario y una trama. Los contenidos oníricos ya
no pueden ponerse en tela de juicio, la experiencia y la experimentación
científica nos ha demostrado de su importancia y trascendencia en nuestro
estado de salud emocional y cognitivo. A todos estos actos creativos de
imágenes y eventos oníricos se les llama psicomitología. Son nuestros propios
mitos personales puestos en acción, auténticas manifestaciones de energía viva,
de nuestra propia vida y existencia, del gran volumen de información vivida
que, aglutinándose, aflora desde nuestra profundidad inconsciente asomando a la
consciencia. Entonces decimos que hemos experimentado un sueño si estábamos
durmiendo; o una visión si lo experimentamos en vigilia. Y añadir que además de
nuestro contenido personal psicomítico, en nuestro inconsciente, más allá del
esquema tridimensional, estamos en contacto con un universo multidimensional o
quántico que disuelve los límites de la individualidad, del espacio y del
tiempo y que, por ello, se puede contactar con fenómenos energéticos propios de
todo el conjunto del psiquismo humano, eso que C. Jung llamó “Inconsciente
colectivo”; eso que suele denominarse “Psicosfera”, que proviene de la
expresión de Teilhard de Chardín
“Noosfera”; y que actualmente el científico Rupert Sheldrake denomina “Campos Mórficos”. Y en diversas
tradiciones religiosas se le aplica otros términos como Archivo karmico o
Akásico o Reinos angélicos.
Con todo
ello puede darse una armonía y resonancia que permite su contacto o
sintonización y que aparezca en nuestros sueños y visiones con diversas formas
que, unas veces se representan como fuerzas naturales sean orgánicas (animales
o plantas), e inorgánicas (mares, ríos,
montañas, desiertos, etc.); otras con representaciones de divinidades y como
seres míticos (centauros, grifos, dragones, etc.). Como todas estas imágenes
simbólicas forman parte del común contenido psíquico de la humanidad, lo
denominamos arquetípico.
Dejando
aparte esto, queda claro que mientras el humano vinculado a la cultura
occidental se ocupó de la consciencia ordinaria y de la objetividad, ignorando
lo subjetivo y subconsciente; otros grupos humanos se centraron en la otra,
quitándole importancia a la objetiva nuestra. Y tanto como nosotros hemos
conseguido prodigios utilizando la conciencia objetiva, ellos lo han hecho
desde el otro ámbito. Que a algunos de los individuos que practican
eficientemente esas potencialidades sean llamados chamanes no es para nada algo
denigrante, como tampoco lo es para nosotros ser técnicos o científicos.
Así
concibe la
Ontoenergética nuestro potencial de acción en la consciencia.
Toda la información de que disponemos como seres y fenómenos energéticos y de
la interacción con otros fenómenos energéticos próximos dan lugar a la
sabiduría innata, a nuestro conocimiento silencioso que denomino “Logos”. Todos
los fenómenos energéticos que se producen y asoman en nuestra manifestación
somática se dan en relación con los fenómenos de otros seres orgánicos y sistemas
biofísicos; dicho de otro modo, a la naturaleza afectiva y amorosa, denomino
“Eros”. Y todas estas energías propias y sistémicas que se manifiestan en
nuestro psiquismo en forma de imágenes y fenómenos visionarios u oníricos, es
decir de ensueño, denomino “Mythos”.
Los
chamanes actuales y pretéritos saben como contactar con estas fuerzas
representadas como animales de poder y cómo trabajar con ellos para obtener
conocimiento y efectuar curaciones. Y actualmente investigadores serios se han
ocupado de su estudio denominando a sus prácticas “Chamanismo esencial”, al
separarlo de las connotaciones culturales propias de las tradiciones tribales,
quedándose con el fenómeno en neto; posibilitando que tales fenómenos pasen a
formar parte, si así se desea, de la vida y experiencia de la gente de
cualquier cultura con la finalidad de añadir a la vida positividad, sentido de
misterio y salud.
La
técnica del “Viaje psíquico” forma parte de la actitud vital propia del Sanador
Interior y, por ello vinculado al verano y al Sur, pero nos es necesario para
posibilitar el que en estado de conciencia chamánica podamos desplazarnos al á
mito arquetípico.
Los viajes
psíquicos debemos considerarlos como medios de aprendizaje que nos proporcionan
sanación, aprendizaje y visiones. A cada cual, en el viaje, se le parece o
desarrolla aquello que necesita e el ámbito de su ser o espiritual, por ello no
hay un catalogo de símbolos y de sus interpretaciones; y sólo adquiere sentido
en relación con su sentido existencial; y consecuentemente es necesario confiar
en el propio logos, la propia sabiduría interna, y simplemente testificar sobre
lo que surge, sin tratar de dirigir ni controlar nada del proceso. Y si en su
transcurso nada ocurre, no se trata de incapacidad para ello, sino que no es el
momento de ninguna acción, siendo conveniente esperar e integrar y no de
acción.
En la
práctica del viaje psíquico son tres los mundos a los que se puede acudir; el
superior (arriba), el inferior (abajo) y el intermedio. Los animales de poder,
aliados y ayudantes hay que ir a buscarlos en el mundo inferior. Adentrarse en
cavidades, cuevas, fondos de lagos y mares son formas de recuperar partes
perdidas de vosotros mismos. Y allí encontrarse con estas fuerzas nos
fortalecen para que podamos enfrentar con coraje las pruebas internas y
externas, es decir nuestros desafíos.
Todo el
mundo tiene un animal de poder que se mantiene constante a lo largo de toda la
vida; se pueden contar con varios y además hay otros que cambia según las
situaciones en las que nos encontramos, esas fuerzas que nos refuerzan y apoyan
situacionalmente a las que llamamos ayudantes.
Hay una
fórmula para distinguir claramente al aliado o animal de poder del ayudante. En
el mundo de abajo aparecerá y en el contacto inicial que tengamos con él, a
través de sus movimientos nos mostrará sus cuatro lados (de frente, de atrás,
su lado derecho y el izquierdo), cuando seamos conscientes de que el animal que
aparece nos ha mostrado sus cuatro lados, podemos tener la seguridad de que lo
es. Si no lo hace es un ayudante. El animal de poder se ha asociado a cada uno
desde el nacimiento, te da vigor y te protege durante la tierna infancia, te
ayuda en el sobrevivir; pero después, con el desarrollo de la socialización y
educación va pasando al olvido y se distancia de ti, quedando a la espera en el
submundo junto a tantas facetas de tu autenticidad que has extraviado, olvidado
o renunciado en tu interacción con el mundo cultural y social.
Suele
ocurrir que cuando encuentras a tu animal de poder, te das cuenta que en otras
épocas, en la infancia siempre o muy a menudo ha formado parte de tu vida,
porque te lo habías encontrado de diversas maneras ya sea en sueños, en tus
juegos, en la imaginación, en tus relatos preferidos, etc. Tendrás la sensación
de que ya lo conocías y que formaba parte de algunos aspectos de tu vida. No
tiene nada de extraño. Es la ley de la armonía lo que os ha relacionado.
Cuando
encuentras a tu animal de poder, para entender el significado de su poder,
tendrás que observar las cualidades de ese animal real. Verás documentales,
consultarás libros y la red, leerás sobre sus leyendas y de tal información
irás descubriendo qué afinidad hay entre tú y él.
Hay un
hermoso libro con un mazo de cartas realizado por Jamie Sams y David Carsons,
en el que figuran numerosos animales de poder con sus valiosas interpretaciones
desde el punto de vista nativo-americano. También te sugiere cómo utilizar esas
cartas para conocer a tu animal de poder de acuerdo con la ley de la
sincronicidad; pero la más de las veces, lo que acude son ayudantes de la época
o situación por la que estás pasando. Si sientes aprehensión en realizar el
viaje psíquico para encontrarlo, es una buena forma alternativa.
En cuanto
a los niños, si tenemos e cuenta que los animales totémicos y ayudantes son una
expresión externa de las múltiples potencialidades que hay en su ser, entonces
tanto en la vida familiar como escolar y social, estas representaciones pueden
ser de gran ayuda para transformar y modificar conductas por el bien del grupo.
Al referirse a la conducta del niño en términos de un animal de poder, el niño
aceptará mejor la corrección en su conducta. Si un conejo es tímido y
asustadizo, entonces el propio niño se da cuenta de que precisa ayuda para
desarrollar otras cualidades que le permitan sentirse confiado y fuerte; o que
esa cautela debe ser pura atención por prevenir o evitar situaciones dolorosas.
Con ellos pueden realizarse juegos transformadores y creativos siempre
enriqueciendo el ser. Así obtiene su apoyo, aprende y recibe de su poder.
También
puede suceder que el niño tenga una relación muy íntima con una imagen animal
que le atraiga mucho (no se trata de mascotas y animales domésticos), puede
solicitarlo como peluche, cuentos, libros, películas, fotografías; y como
padres y educadores veis que siente una gran afinidad. Si esto es así, ese
animal es su tótem en toda esta etapa de su vida y quizá su animal de poder.
Con los
niños, el viaje psíquico e búsqueda de su animal de poder o ayudante se puede
presentar asi´:
En primer
lugar creamos un amiente adecuado. Los viajes psíquicos es mejor realizarlos
tumbados, en una posición receptiva y de entrega a las fuerzas con las que
vamos a con tactar. Crear un ambiente que nos sitúe en una posición de ánimo y
de consciencia especial ayuda, significa romper con el esquema rutinario y
habitual para adentrarse en un tiempo y lugar a propósito para tal fin; por
ello poner una música de ambiente, encender una vela o quemar incienso son
recursos muy habituales. Luego se puede profundizar el estado con la aplicación
de alguna técnica de relajación, algunos prefieren sentir que el cuerpo
adquiere pesadez y otras personas les ayuda visualizar que el cuerpo se hace
ligero y etéreo. Cada cual use la que mejor le vaya.
En segundo
lugar nos conectamos con la
Tierra. Meditar no es un proceso mental, es un proceso de la
consciencia, por lo que la mente debe mantenerse serena, de otra manera, el
meditar será imposible; para ello hay que sentirse enraizado con la tierra,
permitiendo que la energía de la misma fluya a través de ti. En el viaje
psíquico, es especialmente importante dado que sus vivencias están íntimamente
relacionadas con ella. Para los niños es útil utilizar una pequeña meditación
guiada que titulo “Como un árbol”.
Estando
sentado cómodamente co los ojos cerrados, respira tranquilamente. Primero vacía
totalmente el pecho y luego llénalo intensamente. Mantén ahora una respiración
tranquila y presta atención a tu cadera. Imagina que del final de la columna
vertebral brotan unas raíces luminosas del color que te guste y que creciendo
se adentran en la tierra. Se hunden en la tierra y como los árboles recogen su
energía, conduciéndola a tu cuerpo. Visualiza como se hunden y ramifican dentro
de ella y como la tierra, como gran Madre que es te da su pleno amor con su
energía y fuerza. Siente que esta fuerza entra en ti y corre por todo tu cuerpo
dándole un resplandor, una luz que lo hace feliz. Esa luz te llena y a través
de tu piel y de tu respiración luce y te
envuelve como dentro de un capullo abriéndose. Imagina ahora que de tu corazón,
de tus brazos y de tu cabeza brotan y crecen ramas que se extienden hacia arriba,
el cielo y hacia tu alrededor como un gran y frondoso árbol de luz. Y desde
esas frondosas ramas tomas la luz del sol y la conduces a través de ti hacia
las raíces dándosela a la madre Tierra. Así, a través de ti, la Tierra y el Sol expresan su
amor.
Ahora ya
podemos realizar la práctica infantil de “Encuentro con el Animal de poder”. Si
evocamos un paisaje conocido en el que haya una montaña es mucho mejor.
Imagínate que estás caminando a través de
bosques y prados. Es un ambiente otoñal (o de la estación en la que se haga,
describiendo sus características). El suelo está cubierto de hojas caídas sobre
la hierba, las hay pardas, amarillas, naranjas, rojas y doradas. Sientes como
algunas crujen bajo tus pies. El suave aire te trae el olor fresco de la tierra
húmeda, del musgo y de las setas. Te alcanza juntamente con el aroma de humo de
leña de alguna casa algo apartada; y el tibio sol otoñal te acaricia el rostro.
Siguiendo el camino ves que empieza a subir
por la ladera de una montaña (se puede describir una con la que haya
afinidad) y cada vez se hace más empinado. Quedan atrás y abajo los árboles; el
camino transcurre entre rocas con algunas matas.
En lo alto, la cumbre parece tocar las nubes del
cielo. Allí, entre unas rocas, el camino se adentra en una cueva, una hermosa
cueva llena de magia que se hace cada vez más ancha y sientes, estás seguro,
que allí se encuentra un animal; un animal bondadoso que te espera. Lleva mucho tiempo esperando a que vengas.
Puede estar en una esquina, o escondido esperándote. Puede ser de pelo, con plumas
o escamas, puede ser grande o pequeño. Ahora, cuando tus ojos ya ven en la
sombra de la cueva se te muestra. Quizá se muestre dócil y manso, o bien quiera ponerte a prueba para ver si eres
valiente. Pero no te hará ningún daño, es tu animal guardián. Te enseñará cosas
y te protegerá, ese es su trabajo. (Pausa de unos momentos para procesar la
visualización)… Míralo, obsérvalo… sus
ojos son misteriosos y llenos de bondad y afecto. Acércate a él sin miedo. Dile
que estás contento de haberlo encontrado y le das las gracias por haberte
elegido. Ahora acarícialo, ofrécele tu amistad y confianza. Dile que seréis
compañeros a lo largo de la vida, que jugaréis juntos, que os cantaréis
canciones y bailaréis vuestras dazas especiales. Dile que lo dibujarás o buscarás
una foto suya y la llevarás en tus cosas, que su retrato o poster adornará tu
estudio o cuarto, que compartiréis secretos y misterios.
Ahora
quizá quiere jugar contigo, a decirte alguna cosa importante, escúchalo y
recuerda cuanto te diga (una pausa adecuada)…
Es hora de
regresar, despídete de él. Ya sabes dónde acudir para encontrarle. Ahora date
la vuelta y regresa… desde corta distancia le dirás “hasta pronto”, él está en
la entrada de la cueva viéndote marchar. Poco después vuelves a estar en el
camino entre los árboles y prados y regresas a esta habitación donde estamos.
Suspira,
mueve tus dedos, manos y pies y estírate. Ahora puedes abrir los ojos.
Si este
viaje lo has hecho en grupo, puede que desees compartir tu aventura, describiendo
cada uno al animal que se ha encontrado y qué ha acontecido.
La versión
para adultos requiere más preparación. En los adultos ir al encuentro del
animal de poder es una maniobra de recuperar un poder del que ha alejado en el
transcurso de la vida. Es, en los términos de los propios chamanes, un trabajo
de recuperación del propio espíritu u alma. Y, como tal, debemos considerarlo
un trabajo de gran importancia.
Antes hay
que tener cierta práctica en sintonizar con el estado de consciencia llamado
chamánico y de haber explorado algo la geografía del portal, del descenso y del
mundo “de abajo”. Sólo después es cuando se puede acudir a buscar a tu animal
de poder.
La intencionalidad de adentrarse en un
estado de consciencia chamánico (E.C.C.) debe ser siempre el de contactar con una realidad que normalmente desconocemos
y utilizarla con el fin de sanarse, adquirir sabiduría y poder y ayudar a otras
personas. El ECC es un estado de consciencia, un estado cognitivo especial, es
como si se estuviera soñando, pero despierto; en tales “sueños” se pueden
controlar las situaciones y tomar
decisiones. En el transcurso de los viajes se conserva siempre el dominio de la
dirección a seguir, pero no se sabe qué ocurrirá ni qué se descubrirá. Terminado
el viaje se regresa con descubrimientos y conocimientos que permitirán ayudar a los demás.
Un amiente oscuro ayuda la entrada en ECC.
Una pequeña vela en el suelo puede ser suficiente. Cuando el practicante se
siente apunto, se tuma en el suelo boca arriba, sin almohada, entonces cierra
los ojos y se coloca una banda sore ellos o se tapa los ojos con uno de los
brazos.
El ritmo rápido de un tambor o de maracas
es importante para empezar el viaje; si alguien puede tocar es fenomenal, sino
se puede acudir a una grabación. Se puede empezar con un ritmo lento o normal,
pero pronto se debe acelerar hasta más de cuatro pulsaciones por segundo y
cuando se llega al momento del regreso, un cambio de ritmo lo advierte. Pero
también se puede grabar uno aproximándose a ese requisito con un cambio de ritmo que indique el momento del regreso
Ahora ya se puede intentar un primer viaje
al Mundo Inferior. El primer intento será un sencillo viaje de exploración por
el túnel hasta llegar al Mundo Inferior.
Con
el ambiente adecuado, de oscuridad y con el acompañamiento de un ritmo de
tambor, es igual que sea grabado o que alguien lo toque para ti; te tumbas en
el suelo boca arriba sin calzado y te adentras en un estado tranquilo y
relajado. Ahora respira profundamente unas cuantas veces relajándote mientras
meditas sobre tu propósito. Cierra los ojos y tápalos con el brazo o una almohada
para evitar la luz.
Visualiza ahora una abertura en la tierra
que conozcas y sea real, no importa que sea un recuerdo infantil o reciente.
Cualquiera sirve: una cueva, una madriguera, una grieta, un manantial, un pozo,
un árbol hueco, incluso un túnel excavado. Lo que sea más cómodo y fácil de
visualizar. Contémplalo por unos momentos con atención.
Si no tienes el ritmo de tambor en marcha,
ponlo ahora. (Recuerda que la grabación la has realizado contando con un tiempo
y un aviso de regreso).
Ahora entra por el orificio visualizado e
inicia el viaje por el túnel o cueva. Al principio el ambiente puede ser frío y
lúgubre, con más o menos pendiente, con curvas y recodos. Puede que te
encuentres con alguna piedra, muro u obstáculo que debas rodear o te obligue a
buscar otro sitio por el que pasar.
Al final del túnel hay un espacio abierto.
Hay un paisaje, obsérvalo con atención; viaja por él e intenta recordar sus
detalles. Sigue con la exploración hasta que oigas la señal de regresar y
entonces regresa por el mismo túnel por el que has venido. No toques ni te
lleves nada de lo que has visto.
Ya de vuelta, abre los ojos e incorpórate.
No te desanimes si no has obtenido éxito a la primera. Inténtalo en otra
ocasión quizá cambiando el ritmo a un poco más lento o rápido, porque esto va a
personas.
Después de haber obtenido un resultado
satisfactorio en el intento, ya puedes intentarlo con la búsqueda del animal de
poder.
Suele proponerse que antes de iniciar el
viaje chamánico para recuperar el animal de poder, uno debe cantar su canción
de poder y, si no la tienes, puedes cantar una canción que para ti sea
significativa incrementando tu energía. Repite esta canción hasta que notes que
tu consciencia se está alterando; así ya te sitúas en un ligero trance, y
sentirás el deseo de dejarte caer en el suelo. Ahora cierra los ojos y puedes tapártelos
con un pañuelo o con el propio brazo.
Represéntate la entrada o abertura de la
tierra y adéntrate. Sigue el túnel o cueva
que conduce hacia abajo, adentro. Sigue el camino superando cualquier
obstáculo que surja. Puedes encontrarte con animales con aspecto amenazador y
voraz. Evita especialmente las arañas y enjambres de insectos, así como las
serpientes dentadas, reptiles dentados y peces con dientes visibles. Si no
puedes seguir por este túnel retrocede y busca otra galería. Estate atento también
a fenómenos viscosos y pegajosos que intentan pegarte y apartarte de tu
intención. No te dejes atrapar y si por esa galería no puedes proseguir,
retrocede y toma otra.
Cuando al fin alcances el fin del túnel te encontrarás en el “Mundo
Inferior”. Es ahí en esa “tierra” donde debes buscar el espíritu guardián o
animal de poder. Hay una asociación armínica entre él y tú y ello hará que se
muestre. Lo reconocerás porque se te aparecerá mostrándote sus cuatro lados; o
aparecerá cuatro veces ofreciéndote un lado distinto cada vez. Si tal sucede ya
puedes estar seguro de haberlo encontrado. Las más de las veces es un mamífero
o una ave y no te importe si tiene aspecto amenazador, puede ser un reptil e
incluso un pez, pero en estos casos ten en cuenta si sus dientes son amenazantes
o dañinos. También puede ser un animal “mítico” como un centauro, un pegaso,
unicornio, grifo, etc., o que tenga un aspecto incluso humano. También puede
aparecer con formas de insectos o artrópodos, con imágenes de libélulas,
mariposas, hormigas, abejas, arañas, etc., pero siempre te inspirarán apoyo y
mostrarán sus cuatro lados sin amenazarte.
Interactuarás con el animal de poder, quizá
te desafíe poniéndote a prueba, pero con su influencia y contacto te sentirás
bien y aprenderás intuitivamente de él. Si se te muestra por sus cuatro lados
(de frente, de atrás, de un lado y del otro) te habrá dado la confirmación de
que es efectivamente tu animal de poder. Si no lo hace se trata de un ayudante
que te ayudará o prestará su poder para un trabajo concretoen este periodo de
tu vida. También puedes pedirle que te lleve a tu Animal de Poder. Cuando hayas
reconocido tu Animal de Poder cógelo con una o ambas manos y llévalo a tu
pecho. Se dejará tomar, de lo contrario no se habría presentado.
Ahora ya puedes iniciar el regreso, vuelve
al túnel, crúzalo rápidamente y regresa a tu habitación. Luego álzate y con el
ritmo del tambor, maracas y cascabeles danza a tu animal de poder, dale la
bienvenida, concédete el placer de experimentar sus movimientos en forma
material. Cuando creas haber danzado lo suficiente siéntate e interiorízate
unos instantes celebrando este reencuentro.
A partir de aquí recuerda
que debes danzar para y con tu “animal de poder”, buscar su imagen en foto, o
dibujarlo y tenerlo cerca de ti.
Si este trabajo se realiza en grupo o
familia, describe tu animal de poder con todo detalle. Intuitivamente se
encontrará su significado, pero puedes consultar las interpretaciones de
aquellos que coincidan con los de las cartas que hay en el libro “la Rueda medicinal” de Jamie
Saams y David Carson, del que ya he hablado antes. Adaptando la explicación si
se hace con niños. Siguiendo en el supuesto de los niños, seguidamente,
propongámosles que busquen en juguetes este animal de poder, o que lo dibujen,
o que miren en revistas y libros, recorten fotos del mismo o se bajen de
Internet. Es importante que en el juego interpreten su animal, tratando de
imitar sus movimientos, el cómo vive, cómo come, cómo duerme, etc.
En el ámbito familiar, en la
cotidianeidad, hagamos que se mantenga la sabiduría del animal de poder adecuándolo
a las situaciones particulares: ¿Tu … (animal de poder) parece triste hoy?
¿Cómo comería esto tu animal de poder? ¿Qué haría él si le pasara esto? Etc. Así
también obtenemos información acerca de la personalidad, motivación,
necesidades y talentos de nuestros pequeños.
Como adulto incorpora, asimismo, la imagen
de tu animal de poder en tu vida corriente, recorta una fotografía y colócala
en la cartera, o como imagen de pantalla en tu cuenta de ordenador;
esculpiéndolo en madera o pintándolo. Mantenlo presente en tu vida a partir de
hoy. En futuros viajes psíquicos aparecerá y podrás pedirle que te conduzca al
mundo de arriba o al intermedio conforme a tus necesidades e inquietudes; pero
ya sabes, en relación con el Misterio;
que tus acciones y motivaciones sean impecables y que tu bienestar y
beneficio sea asimismo el de tus relaciones.
Elaborar disfraces y máscaras mágicos de Samhain
Nuestros ancestros, a lo largo y ancho del
mundo, siempre han utilizado atuendos y disfraces. Se pintaban y ornamentaban
imitando aves y animales o representaciones de sus espíritus divinos; entonces
cantaban sus leyendas y bailaban atrayendo el poder de los mismos.
El tomar la apariencia de
aquello a lo que se aspira e identificándose con su significado permite
reproducir su poder. Este aspecto mágico y trascendente que tan intensamente
vivían ellos, en nuestra cultura, se ha perdido. El impulso de disfrazarse
muchas veces responde a la inercia de manifestar una tendencia de moda, a una
imagen popularizada por los medios industriales de consumo de masas; esto es
especialmente importante para con los niños que sienten verdaderos deseos de llevar
los atuendos de la imágenes de los personajes de moda siguiendo el juego de
importantes intereses comerciales e incluso ideológicos implícitos en estos
productos.
Añadir leyenda |
Ya hemos comprobado que en
muchas celebraciones de la
Ocho Puertas de la Rueda Sagrada de la Vida, hemos recurrido a
preparar disfraces y máscaras. La explicación de ello viene ahora y es
aplicable tanto a niños como a adultos. Al adoptar un disfraz, y una
apariencia, sea pintándose o enmascarándose todos nos conectamos con nuestro
mundo interno y lo manifestamos al mundo externo. Unas veces representan o
encarnan temores, los monstruos internos; entonces los niños aparecen como
personajes “malos”; otras veces representan los deseos sublimados como seres
etéreos y angelicales; o se entremezclan creando “lobos buenos” o “princesas
enojadas”. ¿No ocurre lo mismo en
nuestras elecciones adultas?
Ayudémosles a canalizar esta
motivación, a aceptar su idea o creación sin emitir juicios ni alterar su
impulso. Es momento de actuar madurando nuestros propios miedos infantiles,
comprendiéndolos y liberarlos en forma de apoyo incondicional. Es una magnífica
ocasión para sanarnos a nosotros mismos junto a ellos. El contexto del relato
mítico que nos proponen es un marco mágico donde todo es posible, los miedos se
abrazan y el amor los transmuta.
¿Recordáis las veces en que
nuestros hijos asustados nos piden ayuda, y la irritación que nos produce su
insistencia? Señal inequívoca de que este miedo infantil nos está enseñando y
urgiendo a curar y madurar a nuestro niñ@ interior. La irritación que el miedo
infantil nos causa es uno de esos monstruos en nuestra sombra que debemos
liberar y transmutar mediante amor. La sugerencia sabia es: “Ama a este niño,
cuando lo que te pide y muestra es lo que más te irrita, porque es cuando tú
necesitas crecer y de hacerlo, inmediatamente, lo apartas del miedo”. Así le
demuestras experiencialmente que en verdad no hay nada que temer. Las estrategias
artificiosas de juegos de palabras e imágenes, de explicaciones y técnicas de programación
cerebral, de crecimiento personal, o pensamiento positivo es realmente ineficaz,
atentos a esto: para apartarles de sus miedos, apartarlos y no superarlos o vencerlos;
tan sólo ayuda a su represión directa o indirecta camuflada en sublimación. Con
estas maniobras os adherís al ego, os protegéis y alentáis a que el niño genere
una falsa idea de protección apartándole de su percibir y sentir natural, de su
intuición, de su contacto con el self. El que estéis amorosamente y les
transmitáis vuestra serenidad y confianza de acto y no tanto de palabra es lo
realmente le sanará, así se alienta a desafiarlo como por ejemplo disfrazarse
de ello o dibujarlo.
Como veis, lo dicho
respecto a nuestros pequeños también nos incumbe a nosotros. Como adultos, la
vida ha adquirido mayor complejidad y sofisticación, pero los motivos son en
esencia los mismos. Cuando elegimos un disfraz siempre tratamos de relacionar
fantasías que se conectan con hechos evitados o temidos, con el intento de
compensarlos en la autoestima y de explorar la manifestación de nuestros
impulsos libidinosos con todo ello. También nos hacemos un relato mítico y
tratamos de dramatizarlo explorando sus significados, sensaciones y
sentimientos.
Para poder afrontar
cómodamente este aspecto es conveniente empezar con este trabajo unas semanas
antes de Samhain. Puede ser útil leer historias literarias o míticas en las que
se manifiesten personajes humanos, semidioses o divinidades plenas de poder. El
recurrir a textos originales de cuentos clásicos o de versiones actualizadas
como los elaborados por libros como “Mujeres que corren con lobos” y parecidos.
Los cuentos originales nos pueden parecer fuertes e incluso crueles, pero
hablan de la profundidad del espíritu de los niños sin la cosmética dulzura y
sentimentalismo de la factoría Disney como ejemplo.
Es importante contactar con
el aspecto arquetípico del personaje del mito. Ya se ha dicho que lo
arquetípico forma parte de una dimensión de la consciencia en la que participa
toda la humanidad desde que ésta empezó a serlo; y sus diferentes
representaciones e interpretaciones simbólicas han constituido un gran archivo
de información y saber, en continuo crecimiento. Toda esta información está
disponible si se establece una forma de conexión con la misma. Para ello hay
que dejar que estas fuerzas superiores tomen cuerpo en nosotros y nuestros
hijos. Cuando se encarna a un personaje arquetípico se explora unas cualidades
humanas intemporales y el poder implícito de carácter universal. En buena
medida es un recurso valioso que cuestiona o se enfrenta a ciertos estereotipos
o mensajes que nuestra cultura nos propone o condiciona. Representar imágenes
de dioses o diosas como Hades, Proserpina, Isis, Astarté; Brigit, Mercurio o
Lugh nos conecta intuitivamente con su poder. Identificarse con la propia Gaia
o el propio Sol nos permite concienciarnos del valor y significado de la vida y
el compromiso de respetarla y cuidarla. El representar figuras míticas como
Pandora, Medusa, Hércules, Orfeo o Hiawatha nos permite vivir y experimentar la
esencia oculta en el poder de estos mitos. Personajes como el Rey Arturo, la Reina Ginebra, Sir
Lanzarote, Morgana o Merlín nos permite contactar con dimensiones poderosas del
potencial humano. Todo esto tan sólo a modo de ejemplo. También se puede hacer
con personajes históricos como el Cid campeador, Juana de Arco, Mohandas
Gandhi, Livingston o Toro Sentado entre infinidad de personalidades históricas
excepcionales de todo el mundo.
Si aún con todo esto no se ha
dado con nada que motive un disfraz, se puede probar con una meditación guiada
tal como sugieren Cait Johnson y Maura D. Shaw en el capítulo dedicado a
Samhain del libro “La magia de la
Tierra”. En esta meditación se recurre al viaje psíquico
proponiendo un encuentro con el Animal de Poder para que éste pueda sugerir el
disfraz adecuado conforme a tu mundo interior. Se puede hacer de forma
individual o en grupo. El texto se puede grabar y se puede poner una música que
suene de fondo adecuada. Primero es necesario que se produzca o induzca un
estado de relajación y cuando éste esté manifestándose se procede con el
trabajo meditativo.
Meditación sobre el Personaje
Mágico (de “Magia de la Tierra”)
“Imagínate que estás de pie ante un roble muy grande. El árbol tiene un
agujero en su tronco, tan grande que puedes entrar en él, y lo haces,
deteniéndote un momento para disfrutar del placer de sentirse seguro dentro de
este bello y sabio roble. Pero de repente te das cuenta de que hay un túnel que
va hacia el interior de la
Tierra que está delante de ti, a tus pies. Decides entrar en
él y empiezas a bajar por el túnel, tocando las paredes con tus manos y,
mientras lo haces, sientes su rugosidad, hueles el olor fuerte y profundo de la
tierra fresca y escuchas cómo tus pies pisan pequeñas piedras y palitos que hay
en el suelo. El túnel le lleva más y más profundamente, hasta que ahora ves una
luz ante ti, una luz que significa que el túnel se está acabando y que estás
apunto de llegar a alguna parte, a un lugar especial. La primera cosa que ves,
mientras andas y entras en la luz, es tu animal de poder, que corre a darte la bienvenida.
(Pausa de unos segundos). Ahora, con tu animal al lado, empiezas a descubrir
este lugar mágico en el que te encuentras. (Pausa de aproximadamente un
minuto). Ahora tu animal mágico te dice que hay alguien importante a quien
debes conocer, una persona que tiene una conexión especial, un lazo especial
contigo. Sigues a tu animal que ahora te lleva a un lugar escondido. Tú sabes,
cuando entras en ese lugar, que la persona con quien vas a encontrarte es
alguien muy importante para ti. Mientras
miras a esta persona, te parece que su cara está cambiando, que se está
convirtiendo en la tuya. Ahora reconoces que estás mirando un espejo mágico:
Las ropas son distintas, pero la cara es igual. (Pausa durante unos segundos).
Llevándote contigo el recuerdo de esta persona especial, dejas este lugar
escondido y, junto a tu animal de poder, vuelves al agujero del árbol, de
regreso a esta habitación, de vuelta a tu normal ser. Estírate bien, sacude los
dedos de los pies, respira hondo y abre los ojos.” (Pág. 152 de “La Magia de la Tierra” de Cait Johnson y
Maura D. Shaw).
Ahora unas sugerencias
respecto a preparar los disfraces. Para obtener los beneficios indicados más
arriba del valor del disfraz, debemos considerar que éstos sean elaborados por
sus propios usuarios. No es preciso que sea perfecto o impecable en su realismo
y detalles; ello trae un ingente trabajo de emanas de gran dedicación; sino que
evoque lo elegido. No conviene comprarlos hechos pues gran parte de su valor es
la intención y la energía invertida en su preparación y confección. En el caso
de niños, evidentemente los adultos se ocuparán de buena parte de su diseño y
ejecución, pero deben ser los propios niños quienes hagan sus propias
aportaciones e ideas que después los adultos tratarán de realizar. Cuanto más
colaboren los niños en el coser y guarnecer los disfraces más valor tendrán y
también magia. Los disfraces de las Ocho Sagradas Puertas de la Rueda de la Vida deben ser vivos y
personales, para ser vividos y que aporten sus misterios. Es algo que puede ser
muy diferente a la opción del carnaval; en este caso no estamos ante una
festividad de la Rueda
de la Vida, sino
de una celebración que supone una licencia dentro de un contexto religioso
peculiar. Las celebraciones de la Rueda Sagrada de la Vida son arquetípicas y por
tanto universales, la otra es enteramente lúdica.
Para
preparar el disfraz revisemos los arcones y armarios de indumentarias en
desuso. Leotardos y viejos suéteres o camisetas sirven, sábanas viejas que
pueden convertirse en capas; chaquetas viejas, pantalones, abrigos, etc.,
pueden surtir la materia prima. Ropas de tiendas de segunda mano o retales de
mercadillo pueden convertirse en túnicas, togas o saris improvisados. Camisetas
pintadas pueden sugerir aspectos animales. El efecto combinado de indumentaria,
máscaras y pintarse y ornamentarse conforman el mejor atuendo y disfraz.
Tengamos también en cuenta que la presencia de sincronismos forma parte del
contexto misterioso, y por ello mágico, de todo este evento. Dejémonos
maravillar por lo que encontramos y nos sale al paso para la confección del
atuendo adecuado. En muchas ocasiones lo determinante del disfraz no es la ropa
propiamente dicha, sino algún añadido significativo y simbólico que se le añade
y le da valor. Una lechuza puede definir a Atenea, un tridente a Poseidón, un
broche de filigranas celtas al Rey Arturo, una media luna y estrellas a una
diosa lunar; una pluma en la cabeza a un guerrero indio; un sencillo turbante a
un beduino, una corona de laurel a un audaz guerrero griego o romano… Y así con
diademas, guirnaldas, coronas, etc.
Para
completar este apartado voy a reproducir la descripción que ya propuse en Mabon
acerca de la preparación de una máscara: “…otra sencilla manualidad en la que,
sin duda, querrán participar sus destinatarios. Para hacerla necesitamos
cartulina del color preferido, hojas secas y de colores y algunos pequeños
frutos otoñales como bellotas o avellanas, o pequeñas piñitas, que recogeremos
en la caminata de recolección; pegamento, tijeras, lápiz, pincel y goma
elástica o cordelito. Se puede añadir además purpurina en gel o purpurina
normal para darle un brillo especial. Empezamos dibujando en las cartulinas un
antifaz del tamaño que se prefiera recordando abrir los agujeros para los ojos
y cerciorarse de que encajan las distancias con los del niño que la usará.
Seguidamente es importante colocar la gomilla elástica o cordel con la que se
la ceñirá en torno de la cabeza (considerar que debe quedar resistente para que
no se le rompa apenas empiece a jugar). Ahora pegamos las hojas y los frutos al
gusto. Así ya está, pero si se quiere se le puede añadir purpurina en gel o
usar purpurina normal y añadirla sobre cola blanca, que una vez seca será
transparente y dará mayor dureza a la máscara. Por supuesto
también se pueden hacer para adultos y así Participar todos del juego y la
fiesta”.
Y
finalmente nos queda el aspecto de la pintura para los rostros con esa libertad
creativa que puede convertirnos en apariencia de animales, de vegetales, de
elfos, hadas y otros personajes cejudos o barbudos, incluso otras apariencias
étnicas y extraterrestres.
Una vez completado
el disfraz, cuando llegue el momento, nos lo ponemos bajo una luz débil, en
penumbra o luz de vela y nos miramos en un espejo de cuerpo entero. Este
instante es el momento de un nacimiento creativo y mítico. Permanece unos
instantes “sintiendo” esta identidad, dejando que cobre presencia y poder en ti
y ya estás en condiciones de aprender de ti mismo con un nuevo poder.
Ernesto Cabeza Salamó
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