martes, 22 de octubre de 2013

Actividades en grupo o familia de Samhain 2ª Parte: "Año Nuevo Celta"


Actividades en grupo o familia de Samhain 2ª Parte:
"Año Nuevo Celta" 


Contactar con nuestro animal de poder


     Habrá a quienes les parecerá que hablar de fuerzas aliadas o de poder adquiriendo forma de animales es dar por cierto cuentos de naturaleza infantil e inmadura; y por ello propio de gentes que viven en una ignorancia y primitivismo psicológico. Cuando escuchamos a los líderes de antaño y también del presente de las culturas nativas vemos que reiteradamente nos tildan de locos y necios por no poder ver lo que ellos tan bien ven y perciben. Incluso se horrorizan, no sólo por el genocidio que les procuramos, sino porque nosotros mismos nos autodestruimos. Por eso nos dicen “locos”.
    Son culturas que no han logrado un desarrollo cultural tecnológico como el nuestro; algunos de ellos porque no han querido acudir en tal senda. Que los nativo-americanos no quisieran utilizar la rueda no es primitivismo, sino porque la rueda era un símbolo demasiado sagrado para utilizarlo tan irreverentemente, cuando ruedas y círculos sagrados los había por doquier, cuando construían pirámides utilizando una geometría y matemáticas altamente complejas. No. No quisieron la rueda técnica porque querían seguir percibiendo el mundo de una forma alternativa, ni más ni menos primitiva, solo diferente.

     Cuando nos hablan de sus animales totémicos, de sus animales de poder y ayudantes, no se refieren a que sus antepasados fueran un castor, o un coyote, o un cuervo. No. Sino que los símbolos y fuerzas representadas arquetípicamente en esas formas fueron inspiradores en la constitución de su linaje. Cuando hablan del “animal de poder” no se refieren a un espíritu incorporal como tratándose de un fantasma, un demonio o un ángel  en conformidad a nuestras creencias; sino a una fuerza impersonal cósmica en resonancia con un individuo concreto, cuya frecuencia vibratoria es armónica o resonante. Y esa naturaleza energética, míticamente, se representa con el simbolismo de tal o cual animal. 
Cuando decimos que estas fuerzas son ayudantes o aliadas nos referimos a que se produce una relación armónica entre tal frecuencia y nuestra consciencia o ser. Y que para que tal fenómeno sea perceptible en nosotros, debe traducirse en algún tipo de ajuste a la realidad objetual formal. Entonces nuestra psique le confiere una imagen con la que nos tratamos y eventualmente la individualizamos. 
       El proceso no es tan distinto del que realizamos en los sueños propios de la fase REM. Mensajes, bloques de energía en nuestro ser y cerebro activan millones de células cerebrales para producir una imagen, y no sólo una imagen, sino un escenario y una trama. Los contenidos oníricos ya no pueden ponerse en tela de juicio, la experiencia y la experimentación científica nos ha demostrado de su importancia y trascendencia en nuestro estado de salud emocional y cognitivo. A todos estos actos creativos de imágenes y eventos oníricos se les llama psicomitología. Son nuestros propios mitos personales puestos en acción, auténticas manifestaciones de energía viva, de nuestra propia vida y existencia, del gran volumen de información vivida que, aglutinándose, aflora desde nuestra profundidad inconsciente asomando a la consciencia. Entonces decimos que hemos experimentado un sueño si estábamos durmiendo; o una visión si lo experimentamos en vigilia. Y añadir que además de nuestro contenido personal psicomítico, en nuestro inconsciente, más allá del esquema tridimensional, estamos en contacto con un universo multidimensional o quántico que disuelve los límites de la individualidad, del espacio y del tiempo y que, por ello, se puede contactar con fenómenos energéticos propios de todo el conjunto del psiquismo humano, eso que C. Jung llamó “Inconsciente colectivo”; eso que suele denominarse “Psicosfera”, que proviene de la expresión de Teilhard de Chardín  “Noosfera”; y que actualmente el científico Rupert Sheldrake  denomina “Campos Mórficos”. Y en diversas tradiciones religiosas se le aplica otros términos como Archivo karmico o Akásico o Reinos angélicos.

     Con todo ello puede darse una armonía y resonancia que permite su contacto o sintonización y que aparezca en nuestros sueños y visiones con diversas formas que, unas veces se representan como fuerzas naturales sean orgánicas (animales o plantas), e  inorgánicas (mares, ríos, montañas, desiertos, etc.); otras con representaciones de divinidades y como seres míticos (centauros, grifos, dragones, etc.). Como todas estas imágenes simbólicas forman parte del común contenido psíquico de la humanidad, lo denominamos arquetípico.

     Dejando aparte esto, queda claro que mientras el humano vinculado a la cultura occidental se ocupó de la consciencia ordinaria y de la objetividad, ignorando lo subjetivo y subconsciente; otros grupos humanos se centraron en la otra, quitándole importancia a la objetiva nuestra. Y tanto como nosotros hemos conseguido prodigios utilizando la conciencia objetiva, ellos lo han hecho desde el otro ámbito. Que a algunos de los individuos que practican eficientemente esas potencialidades sean llamados chamanes no es para nada algo denigrante, como tampoco lo es para nosotros ser técnicos o científicos.

     Así concibe la Ontoenergética nuestro potencial de acción en la consciencia. Toda la información de que disponemos como seres y fenómenos energéticos y de la interacción con otros fenómenos energéticos próximos dan lugar a la sabiduría innata, a nuestro conocimiento silencioso que denomino “Logos”. Todos los fenómenos energéticos que se producen y asoman en nuestra manifestación somática se dan en relación con los fenómenos de otros seres orgánicos y sistemas biofísicos; dicho de otro modo, a la naturaleza afectiva y amorosa, denomino “Eros”. Y todas estas energías propias y sistémicas que se manifiestan en nuestro psiquismo en forma de imágenes y fenómenos visionarios u oníricos, es decir de ensueño, denomino “Mythos”.
     Los chamanes actuales y pretéritos saben como contactar con estas fuerzas representadas como animales de poder y cómo trabajar con ellos para obtener conocimiento y efectuar curaciones. Y actualmente investigadores serios se han ocupado de su estudio denominando a sus prácticas “Chamanismo esencial”, al separarlo de las connotaciones culturales propias de las tradiciones tribales, quedándose con el fenómeno en neto; posibilitando que tales fenómenos pasen a formar parte, si así se desea, de la vida y experiencia de la gente de cualquier cultura con la finalidad de añadir a la vida positividad, sentido de misterio y salud.
     La técnica del “Viaje psíquico” forma parte de la actitud vital propia del Sanador Interior y, por ello vinculado al verano y al Sur, pero nos es necesario para posibilitar el que en estado de conciencia chamánica podamos desplazarnos al á mito arquetípico.
    Los viajes psíquicos debemos considerarlos como medios de aprendizaje que nos proporcionan sanación, aprendizaje y visiones. A cada cual, en el viaje, se le parece o desarrolla aquello que necesita e el ámbito de su ser o espiritual, por ello no hay un catalogo de símbolos y de sus interpretaciones; y sólo adquiere sentido en relación con su sentido existencial; y consecuentemente es necesario confiar en el propio logos, la propia sabiduría interna, y simplemente testificar sobre lo que surge, sin tratar de dirigir ni controlar nada del proceso. Y si en su transcurso nada ocurre, no se trata de incapacidad para ello, sino que no es el momento de ninguna acción, siendo conveniente esperar e integrar y no de acción.
    En la práctica del viaje psíquico son tres los mundos a los que se puede acudir; el superior (arriba), el inferior (abajo) y el intermedio. Los animales de poder, aliados y ayudantes hay que ir a buscarlos en el mundo inferior. Adentrarse en cavidades, cuevas, fondos de lagos y mares son formas de recuperar partes perdidas de vosotros mismos. Y allí encontrarse con estas fuerzas nos fortalecen para que podamos enfrentar con coraje las pruebas internas y externas, es decir nuestros desafíos.

    Todo el mundo tiene un animal de poder que se mantiene constante a lo largo de toda la vida; se pueden contar con varios y además hay otros que cambia según las situaciones en las que nos encontramos, esas fuerzas que nos refuerzan y apoyan situacionalmente a las que llamamos ayudantes.
     Hay una fórmula para distinguir claramente al aliado o animal de poder del ayudante. En el mundo de abajo aparecerá y en el contacto inicial que tengamos con él, a través de sus movimientos nos mostrará sus cuatro lados (de frente, de atrás, su lado derecho y el izquierdo), cuando seamos conscientes de que el animal que aparece nos ha mostrado sus cuatro lados, podemos tener la seguridad de que lo es. Si no lo hace es un ayudante. El animal de poder se ha asociado a cada uno desde el nacimiento, te da vigor y te protege durante la tierna infancia, te ayuda en el sobrevivir; pero después, con el desarrollo de la socialización y educación va pasando al olvido y se distancia de ti, quedando a la espera en el submundo junto a tantas facetas de tu autenticidad que has extraviado, olvidado o renunciado en tu interacción con el mundo cultural y social.

    Suele ocurrir que cuando encuentras a tu animal de poder, te das cuenta que en otras épocas, en la infancia siempre o muy a menudo ha formado parte de tu vida, porque te lo habías encontrado de diversas maneras ya sea en sueños, en tus juegos, en la imaginación, en tus relatos preferidos, etc. Tendrás la sensación de que ya lo conocías y que formaba parte de algunos aspectos de tu vida. No tiene nada de extraño. Es la ley de la armonía lo que os ha relacionado.
     Cuando encuentras a tu animal de poder, para entender el significado de su poder, tendrás que observar las cualidades de ese animal real. Verás documentales, consultarás libros y la red, leerás sobre sus leyendas y de tal información irás descubriendo qué afinidad hay entre tú y él.


    Hay un hermoso libro con un mazo de cartas realizado por Jamie Sams y David Carsons, en el que figuran numerosos animales de poder con sus valiosas interpretaciones desde el punto de vista nativo-americano. También te sugiere cómo utilizar esas cartas para conocer a tu animal de poder de acuerdo con la ley de la sincronicidad; pero la más de las veces, lo que acude son ayudantes de la época o situación por la que estás pasando. Si sientes aprehensión en realizar el viaje psíquico para encontrarlo, es una buena forma alternativa.
    En cuanto a los niños, si tenemos e cuenta que los animales totémicos y ayudantes son una expresión externa de las múltiples potencialidades que hay en su ser, entonces tanto en la vida familiar como escolar y social, estas representaciones pueden ser de gran ayuda para transformar y modificar conductas por el bien del grupo. Al referirse a la conducta del niño en términos de un animal de poder, el niño aceptará mejor la corrección en su conducta. Si un conejo es tímido y asustadizo, entonces el propio niño se da cuenta de que precisa ayuda para desarrollar otras cualidades que le permitan sentirse confiado y fuerte; o que esa cautela debe ser pura atención por prevenir o evitar situaciones dolorosas. Con ellos pueden realizarse juegos transformadores y creativos siempre enriqueciendo el ser. Así obtiene su apoyo, aprende y recibe de su poder.

     También puede suceder que el niño tenga una relación muy íntima con una imagen animal que le atraiga mucho (no se trata de mascotas y animales domésticos), puede solicitarlo como peluche, cuentos, libros, películas, fotografías; y como padres y educadores veis que siente una gran afinidad. Si esto es así, ese animal es su tótem en toda esta etapa de su vida y quizá su animal de poder.
    Con los niños, el viaje psíquico e búsqueda de su animal de poder o ayudante se puede presentar asi´:
     En primer lugar creamos un amiente adecuado. Los viajes psíquicos es mejor realizarlos tumbados, en una posición receptiva y de entrega a las fuerzas con las que vamos a con tactar. Crear un ambiente que nos sitúe en una posición de ánimo y de consciencia especial ayuda, significa romper con el esquema rutinario y habitual para adentrarse en un tiempo y lugar a propósito para tal fin; por ello poner una música de ambiente, encender una vela o quemar incienso son recursos muy habituales. Luego se puede profundizar el estado con la aplicación de alguna técnica de relajación, algunos prefieren sentir que el cuerpo adquiere pesadez y otras personas les ayuda visualizar que el cuerpo se hace ligero y etéreo. Cada cual use la que mejor le vaya.
    En segundo lugar nos conectamos con la Tierra. Meditar no es un proceso mental, es un proceso de la consciencia, por lo que la mente debe mantenerse serena, de otra manera, el meditar será imposible; para ello hay que sentirse enraizado con la tierra, permitiendo que la energía de la misma fluya a través de ti. En el viaje psíquico, es especialmente importante dado que sus vivencias están íntimamente relacionadas con ella. Para los niños es útil utilizar una pequeña meditación guiada que titulo “Como un árbol”.

     Estando sentado cómodamente co los ojos cerrados, respira tranquilamente. Primero vacía totalmente el pecho y luego llénalo intensamente. Mantén ahora una respiración tranquila y presta atención a tu cadera. Imagina que del final de la columna vertebral brotan unas raíces luminosas del color que te guste y que creciendo se adentran en la tierra. Se hunden en la tierra y como los árboles recogen su energía, conduciéndola a tu cuerpo. Visualiza como se hunden y ramifican dentro de ella y como la tierra, como gran Madre que es te da su pleno amor con su energía y fuerza. Siente que esta fuerza entra en ti y corre por todo tu cuerpo dándole un resplandor, una luz que lo hace feliz. Esa luz te llena y a través de tu  piel y de tu respiración luce y te envuelve como dentro de un capullo abriéndose. Imagina ahora que de tu corazón, de tus brazos y de tu cabeza brotan y crecen ramas que se extienden hacia arriba, el cielo y hacia tu alrededor como un gran y frondoso árbol de luz. Y desde esas frondosas ramas tomas la luz del sol y la conduces a través de ti hacia las raíces dándosela a la madre Tierra. Así, a través de ti, la Tierra y el Sol expresan su amor.

    Ahora ya podemos realizar la práctica infantil de “Encuentro con el Animal de poder”. Si evocamos un paisaje conocido en el que haya una montaña es mucho mejor.


     Imagínate que estás caminando a través de bosques y prados. Es un ambiente otoñal (o de la estación en la que se haga, describiendo sus características). El suelo está cubierto de hojas caídas sobre la hierba, las hay pardas, amarillas, naranjas, rojas y doradas. Sientes como algunas crujen bajo tus pies. El suave aire te trae el olor fresco de la tierra húmeda, del musgo y de las setas. Te alcanza juntamente con el aroma de humo de leña de alguna casa algo apartada; y el tibio sol otoñal te acaricia el rostro. Siguiendo el camino ves que empieza a subir  por la ladera de una montaña (se puede describir una con la que haya afinidad) y cada vez se hace más empinado. Quedan atrás y abajo los árboles; el camino transcurre entre rocas con algunas matas.  
     En lo alto, la cumbre parece tocar las nubes del cielo. Allí, entre unas rocas, el camino se adentra en una cueva, una hermosa cueva llena de magia que se hace cada vez más ancha y sientes, estás seguro, que allí se encuentra un animal; un animal bondadoso que te espera.  Lleva mucho tiempo esperando a que vengas. Puede estar en una esquina, o escondido esperándote. Puede ser de pelo, con plumas o escamas, puede ser grande o pequeño. Ahora, cuando tus ojos ya ven en la sombra de la cueva se te muestra. Quizá se muestre dócil y manso, o  bien quiera ponerte a prueba para ver si eres valiente. Pero no te hará ningún daño, es tu animal guardián. Te enseñará cosas y te protegerá, ese es su trabajo. (Pausa de unos momentos para procesar la visualización)… Míralo, obsérvalo…  sus ojos son misteriosos y llenos de bondad y afecto. Acércate a él sin miedo. Dile que estás contento de haberlo encontrado y le das las gracias por haberte elegido. Ahora acarícialo, ofrécele tu amistad y confianza. Dile que seréis compañeros a lo largo de la vida, que jugaréis juntos, que os cantaréis canciones y bailaréis vuestras dazas especiales. Dile que lo dibujarás o buscarás una foto suya y la llevarás en tus cosas, que su retrato o poster adornará tu estudio o cuarto, que compartiréis secretos y misterios.

    Ahora quizá quiere jugar contigo, a decirte alguna cosa importante, escúchalo y recuerda cuanto te diga (una pausa adecuada)…
    Es hora de regresar, despídete de él. Ya sabes dónde acudir para encontrarle. Ahora date la vuelta y regresa… desde corta distancia le dirás “hasta pronto”, él está en la entrada de la cueva viéndote marchar. Poco después vuelves a estar en el camino entre los árboles y prados y regresas a esta habitación donde estamos.
     Suspira, mueve tus dedos, manos y pies y estírate. Ahora puedes abrir los ojos.

    Si este viaje lo has hecho en grupo, puede que desees compartir tu aventura, describiendo cada uno al animal que se ha encontrado y qué ha acontecido.
    La versión para adultos requiere más preparación. En los adultos ir al encuentro del animal de poder es una maniobra de recuperar un poder del que ha alejado en el transcurso de la vida. Es, en los términos de los propios chamanes, un trabajo de recuperación del propio espíritu u alma. Y, como tal, debemos considerarlo un trabajo de gran importancia.
     Antes hay que tener cierta práctica en sintonizar con el estado de consciencia llamado chamánico y de haber explorado algo la geografía del portal, del descenso y del mundo “de abajo”. Sólo después es cuando se puede acudir a buscar a tu animal de poder.
    La intencionalidad de adentrarse en un estado de consciencia chamánico (E.C.C.) debe ser siempre el de contactar  con una realidad que normalmente desconocemos y utilizarla con el fin de sanarse, adquirir sabiduría y poder y ayudar a otras personas. El ECC es un estado de consciencia, un estado cognitivo especial, es como si se estuviera soñando, pero despierto; en tales “sueños” se pueden controlar las situaciones  y tomar decisiones. En el transcurso de los viajes se conserva siempre el dominio de la dirección a seguir, pero no se sabe qué ocurrirá ni qué se descubrirá. Terminado el viaje se regresa con descubrimientos y conocimientos que  permitirán ayudar a los demás.
     Un amiente oscuro ayuda la entrada en ECC. Una pequeña vela en el suelo puede ser suficiente. Cuando el practicante se siente apunto, se tuma en el suelo boca arriba, sin almohada, entonces cierra los ojos y se coloca una banda sore ellos o se tapa los ojos con uno de los brazos.
    El ritmo rápido de un tambor o de maracas es importante para empezar el viaje; si alguien puede tocar es fenomenal, sino se puede acudir a una grabación. Se puede empezar con un ritmo lento o normal, pero pronto se debe acelerar hasta más de cuatro pulsaciones por segundo y cuando se llega al momento del regreso, un cambio de ritmo lo advierte. Pero también se puede grabar uno aproximándose a ese requisito con un cambio de  ritmo que indique el momento del regreso
    Ahora ya se puede intentar un primer viaje al Mundo Inferior. El primer intento será un sencillo viaje de exploración por el túnel hasta llegar al Mundo Inferior.
    Con el ambiente adecuado, de oscuridad y con el acompañamiento de un ritmo de tambor, es igual que sea grabado o que alguien lo toque para ti; te tumbas en el suelo boca arriba sin calzado y te adentras en un estado tranquilo y relajado. Ahora respira profundamente unas cuantas veces relajándote mientras meditas sobre tu propósito. Cierra los ojos y tápalos con el brazo o una almohada para evitar la luz.
 
    Visualiza ahora una abertura en la tierra que conozcas y sea real, no importa que sea un recuerdo infantil o reciente. Cualquiera sirve: una cueva, una madriguera, una grieta, un manantial, un pozo, un árbol hueco, incluso un túnel excavado. Lo que sea más cómodo y fácil de visualizar. Contémplalo por unos momentos con atención.
     Si no tienes el ritmo de tambor en marcha, ponlo ahora. (Recuerda que la grabación la has realizado contando con un tiempo y un aviso de regreso).
     Ahora entra por el orificio visualizado e inicia el viaje por el túnel o cueva. Al principio el ambiente puede ser frío y lúgubre, con más o menos pendiente, con curvas y recodos. Puede que te encuentres con alguna piedra, muro u obstáculo que debas rodear o te obligue a buscar otro sitio por el que pasar.
    Al final del túnel hay un espacio abierto. Hay un paisaje, obsérvalo con atención; viaja por él e intenta recordar sus detalles. Sigue con la exploración hasta que oigas la señal de regresar y entonces regresa por el mismo túnel por el que has venido. No toques ni te lleves nada de lo que has visto.
    Ya de vuelta, abre los ojos e incorpórate. No te desanimes si no has obtenido éxito a la primera. Inténtalo en otra ocasión quizá cambiando el ritmo a un poco más lento o rápido, porque esto va a personas.
    Después de haber obtenido un resultado satisfactorio en el intento, ya puedes intentarlo con la búsqueda del animal de poder.
    Suele proponerse que antes de iniciar el viaje chamánico para recuperar el animal de poder, uno debe cantar su canción de poder y, si no la tienes, puedes cantar una canción que para ti sea significativa incrementando tu energía. Repite esta canción hasta que notes que tu consciencia se está alterando; así ya te sitúas en un ligero trance, y sentirás el deseo de dejarte caer en el suelo. Ahora cierra los ojos y puedes tapártelos con un pañuelo o con el propio brazo.
     Represéntate la entrada o abertura de la tierra y adéntrate. Sigue el túnel o cueva  que conduce hacia abajo, adentro. Sigue el camino superando cualquier obstáculo que surja. Puedes encontrarte con animales con aspecto amenazador y voraz. Evita especialmente las arañas y enjambres de insectos, así como las serpientes dentadas, reptiles dentados y peces con dientes visibles. Si no puedes seguir por este túnel retrocede y busca otra galería. Estate atento también a fenómenos viscosos y pegajosos que intentan pegarte y apartarte de tu intención. No te dejes atrapar y si por esa galería no puedes proseguir, retrocede y toma otra.
    Cuando al fin alcances el fin  del túnel te encontrarás en el “Mundo Inferior”. Es ahí en esa “tierra” donde debes buscar el espíritu guardián o animal de poder. Hay una asociación armínica entre él y tú y ello hará que se muestre. Lo reconocerás porque se te aparecerá mostrándote sus cuatro lados; o aparecerá cuatro veces ofreciéndote un lado distinto cada vez. Si tal sucede ya puedes estar seguro de haberlo encontrado. Las más de las veces es un mamífero o una ave y no te importe si tiene aspecto amenazador, puede ser un reptil e incluso un pez, pero en estos casos ten en cuenta si sus dientes son amenazantes o dañinos. También puede ser un animal “mítico” como un centauro, un pegaso, unicornio, grifo, etc., o que tenga un aspecto incluso humano. También puede aparecer con formas de insectos o artrópodos, con imágenes de libélulas, mariposas, hormigas, abejas, arañas, etc., pero siempre te inspirarán apoyo y mostrarán sus cuatro lados sin amenazarte.

    Interactuarás con el animal de poder, quizá te desafíe poniéndote a prueba, pero con su influencia y contacto te sentirás bien y aprenderás intuitivamente de él. Si se te muestra por sus cuatro lados (de frente, de atrás, de un lado y del otro) te habrá dado la confirmación de que es efectivamente tu animal de poder. Si no lo hace se trata de un ayudante que te ayudará o prestará su poder para un trabajo concretoen este periodo de tu vida. También puedes pedirle que te lleve a tu Animal de Poder. Cuando hayas reconocido tu Animal de Poder cógelo con una o ambas manos y llévalo a tu pecho. Se dejará tomar, de lo contrario no se habría presentado.
     Ahora ya puedes iniciar el regreso, vuelve al túnel, crúzalo rápidamente y regresa a tu habitación. Luego álzate y con el ritmo del tambor, maracas y cascabeles danza a tu animal de poder, dale la bienvenida, concédete el placer de experimentar sus movimientos en forma material. Cuando creas haber danzado lo suficiente siéntate e interiorízate unos instantes celebrando este reencuentro.


         A partir de aquí recuerda que debes danzar para y con tu “animal de poder”, buscar su imagen en foto, o dibujarlo y tenerlo cerca de ti.

     Si este trabajo se realiza en grupo o familia, describe tu animal de poder con todo detalle. Intuitivamente se encontrará su significado, pero puedes consultar las interpretaciones de aquellos que coincidan con los de las cartas que hay en el libro “la Rueda medicinal” de Jamie Saams y David Carson, del que ya he hablado antes. Adaptando la explicación si se hace con niños. Siguiendo en el supuesto de los niños, seguidamente, propongámosles que busquen en juguetes este animal de poder, o que lo dibujen, o que miren en revistas y libros, recorten fotos del mismo o se bajen de Internet. Es importante que en el juego interpreten su animal, tratando de imitar sus movimientos, el cómo vive, cómo come, cómo duerme, etc.
      En el ámbito familiar, en la cotidianeidad, hagamos que se mantenga la sabiduría del animal de poder adecuándolo a las situaciones particulares: ¿Tu … (animal de poder) parece triste hoy? ¿Cómo comería esto tu animal de poder? ¿Qué haría él si le pasara esto? Etc. Así también obtenemos información acerca de la personalidad, motivación, necesidades y talentos de nuestros pequeños.

     Como adulto incorpora, asimismo, la imagen de tu animal de poder en tu vida corriente, recorta una fotografía y colócala en la cartera, o como imagen de pantalla en tu cuenta de ordenador; esculpiéndolo en madera o pintándolo. Mantenlo presente en tu vida a partir de hoy. En futuros viajes psíquicos aparecerá y podrás pedirle que te conduzca al mundo de arriba o al intermedio conforme a tus necesidades e inquietudes; pero ya sabes, en relación con el Misterio;  que tus acciones y motivaciones sean impecables y que tu bienestar y beneficio sea asimismo el de tus relaciones.



Elaborar disfraces y máscaras mágicos de Samhain



       Nuestros ancestros, a lo largo y ancho del mundo, siempre han utilizado atuendos y disfraces. Se pintaban y ornamentaban imitando aves y animales o representaciones de sus espíritus divinos; entonces cantaban sus leyendas y bailaban atrayendo el poder de los mismos.
     El tomar la apariencia de aquello a lo que se aspira e identificándose con su significado permite reproducir su poder. Este aspecto mágico y trascendente que tan intensamente vivían ellos, en nuestra cultura, se ha perdido. El impulso de disfrazarse muchas veces responde a la inercia de manifestar una tendencia de moda, a una imagen popularizada por los medios industriales de consumo de masas; esto es especialmente importante para con los niños que sienten verdaderos deseos de llevar los atuendos de la imágenes de los personajes de moda siguiendo el juego de importantes intereses comerciales e incluso ideológicos implícitos en estos productos.
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     Ya hemos comprobado que en muchas celebraciones de la Ocho Puertas de la Rueda Sagrada de la Vida, hemos recurrido a preparar disfraces y máscaras. La explicación de ello viene ahora y es aplicable tanto a niños como a adultos. Al adoptar un disfraz, y una apariencia, sea pintándose o enmascarándose todos nos conectamos con nuestro mundo interno y lo manifestamos al mundo externo. Unas veces representan o encarnan temores, los monstruos internos; entonces los niños aparecen como personajes “malos”; otras veces representan los deseos sublimados como seres etéreos y angelicales; o se entremezclan creando “lobos buenos” o “princesas enojadas”. ¿No  ocurre lo mismo en nuestras elecciones adultas?  Ayudémosles  a canalizar esta motivación, a aceptar su idea o creación sin emitir juicios ni alterar su impulso. Es momento de actuar madurando nuestros propios miedos infantiles, comprendiéndolos y liberarlos en forma de apoyo incondicional. Es una magnífica ocasión para sanarnos a nosotros mismos junto a ellos. El contexto del relato mítico que nos proponen es un marco mágico donde todo es posible, los miedos se abrazan y el amor los transmuta.

      ¿Recordáis las veces en que nuestros hijos asustados nos piden ayuda, y la irritación que nos produce su insistencia? Señal inequívoca de que este miedo infantil nos está enseñando y urgiendo a curar y madurar a nuestro niñ@ interior. La irritación que el miedo infantil nos causa es uno de esos monstruos en nuestra sombra que debemos liberar y transmutar mediante amor. La sugerencia sabia es: “Ama a este niño, cuando lo que te pide y muestra es lo que más te irrita, porque es cuando tú necesitas crecer y de hacerlo, inmediatamente, lo apartas del miedo”. Así le demuestras experiencialmente que en verdad no hay nada que temer. Las estrategias artificiosas de juegos de palabras e imágenes, de explicaciones y técnicas de programación cerebral, de crecimiento personal, o pensamiento positivo es realmente ineficaz, atentos a esto: para apartarles de sus miedos, apartarlos y no superarlos o vencerlos; tan sólo ayuda a su represión directa o indirecta camuflada en sublimación. Con estas maniobras os adherís al ego, os protegéis y alentáis a que el niño genere una falsa idea de protección apartándole de su percibir y sentir natural, de su intuición, de su contacto con el self. El que estéis amorosamente y les transmitáis vuestra serenidad y confianza de acto y no tanto de palabra es lo realmente le sanará, así se alienta a desafiarlo como por ejemplo disfrazarse de ello o dibujarlo.
 
      Como veis, lo dicho respecto a nuestros pequeños también nos incumbe a nosotros. Como adultos, la vida ha adquirido mayor complejidad y sofisticación, pero los motivos son en esencia los mismos. Cuando elegimos un disfraz siempre tratamos de relacionar fantasías que se conectan con hechos evitados o temidos, con el intento de compensarlos en la autoestima y de explorar la manifestación de nuestros impulsos libidinosos con todo ello. También nos hacemos un relato mítico y tratamos de dramatizarlo explorando sus significados, sensaciones y sentimientos.
    Para poder afrontar cómodamente este aspecto es conveniente empezar con este trabajo unas semanas antes de Samhain. Puede ser útil leer historias literarias o míticas en las que se manifiesten personajes humanos, semidioses o divinidades plenas de poder. El recurrir a textos originales de cuentos clásicos o de versiones actualizadas como los elaborados por libros como “Mujeres que corren con lobos” y parecidos. Los cuentos originales nos pueden parecer fuertes e incluso crueles, pero hablan de la profundidad del espíritu de los niños sin la cosmética dulzura y sentimentalismo de la factoría Disney como ejemplo.

     Es importante contactar con el aspecto arquetípico del personaje del mito. Ya se ha dicho que lo arquetípico forma parte de una dimensión de la consciencia en la que participa toda la humanidad desde que ésta empezó a serlo; y sus diferentes representaciones e interpretaciones simbólicas han constituido un gran archivo de información y saber, en continuo crecimiento. Toda esta información está disponible si se establece una forma de conexión con la misma. Para ello hay que dejar que estas fuerzas superiores tomen cuerpo en nosotros y nuestros hijos. Cuando se encarna a un personaje arquetípico se explora unas cualidades humanas intemporales y el poder implícito de carácter universal. En buena medida es un recurso valioso que cuestiona o se enfrenta a ciertos estereotipos o mensajes que nuestra cultura nos propone o condiciona. Representar imágenes de dioses o diosas como Hades, Proserpina, Isis, Astarté; Brigit, Mercurio o Lugh nos conecta intuitivamente con su poder. Identificarse con la propia Gaia o el propio Sol nos permite concienciarnos del valor y significado de la vida y el compromiso de respetarla y cuidarla. El representar figuras míticas como Pandora, Medusa, Hércules, Orfeo o Hiawatha nos permite vivir y experimentar la esencia oculta en el poder de estos mitos. Personajes como el Rey Arturo, la Reina Ginebra, Sir Lanzarote, Morgana o Merlín nos permite contactar con dimensiones poderosas del potencial humano. Todo esto tan sólo a modo de ejemplo. También se puede hacer con personajes históricos como el Cid campeador, Juana de Arco, Mohandas Gandhi, Livingston o Toro Sentado entre infinidad de personalidades históricas excepcionales de todo el mundo.

     Si aún con todo esto no se ha dado con nada que motive un disfraz, se puede probar con una meditación guiada tal como sugieren Cait Johnson y Maura D. Shaw en el capítulo dedicado a Samhain del libro “La magia de la Tierra”. En esta meditación se recurre al viaje psíquico proponiendo un encuentro con el Animal de Poder para que éste pueda sugerir el disfraz adecuado conforme a tu mundo interior. Se puede hacer de forma individual o en grupo. El texto se puede grabar y se puede poner una música que suene de fondo adecuada. Primero es necesario que se produzca o induzca un estado de relajación y cuando éste esté manifestándose se procede con el trabajo meditativo.

Meditación sobre el Personaje Mágico (de “Magia de la Tierra”)

      “Imagínate que estás de pie ante un roble muy grande. El árbol tiene un agujero en su tronco, tan grande que puedes entrar en él, y lo haces, deteniéndote un momento para disfrutar del placer de sentirse seguro dentro de este bello y sabio roble. Pero de repente te das cuenta de que hay un túnel que va hacia el interior de la Tierra que está delante de ti, a tus pies. Decides entrar en él y empiezas a bajar por el túnel, tocando las paredes con tus manos y, mientras lo haces, sientes su rugosidad, hueles el olor fuerte y profundo de la tierra fresca y escuchas cómo tus pies pisan pequeñas piedras y palitos que hay en el suelo. El túnel le lleva más y más profundamente, hasta que ahora ves una luz ante ti, una luz que significa que el túnel se está acabando y que estás apunto de llegar a alguna parte, a un lugar especial. La primera cosa que ves, mientras andas y entras en la luz, es tu animal de poder, que corre a darte la bienvenida. (Pausa de unos segundos). Ahora, con tu animal al lado, empiezas a descubrir este lugar mágico en el que te encuentras. (Pausa de aproximadamente un minuto). Ahora tu animal mágico te dice que hay alguien importante a quien debes conocer, una persona que tiene una conexión especial, un lazo especial contigo. Sigues a tu animal que ahora te lleva a un lugar escondido. Tú sabes, cuando entras en ese lugar, que la persona con quien vas a encontrarte es alguien muy importante para ti. Mientras  miras a esta persona, te parece que su cara está cambiando, que se está convirtiendo en la tuya. Ahora reconoces que estás mirando un espejo mágico: Las ropas son distintas, pero la cara es igual. (Pausa durante unos segundos). Llevándote contigo el recuerdo de esta persona especial, dejas este lugar escondido y, junto a tu animal de poder, vuelves al agujero del árbol, de regreso a esta habitación, de vuelta a tu normal ser. Estírate bien, sacude los dedos de los pies, respira hondo y abre los ojos.”   (Pág. 152 de “La Magia de la Tierra” de Cait Johnson y Maura D. Shaw).

     Ahora unas sugerencias respecto a preparar los disfraces. Para obtener los beneficios indicados más arriba del valor del disfraz, debemos considerar que éstos sean elaborados por sus propios usuarios. No es preciso que sea perfecto o impecable en su realismo y detalles; ello trae un ingente trabajo de emanas de gran dedicación; sino que evoque lo elegido. No conviene comprarlos hechos pues gran parte de su valor es la intención y la energía invertida en su preparación y confección. En el caso de niños, evidentemente los adultos se ocuparán de buena parte de su diseño y ejecución, pero deben ser los propios niños quienes hagan sus propias aportaciones e ideas que después los adultos tratarán de realizar. Cuanto más colaboren los niños en el coser y guarnecer los disfraces más valor tendrán y también magia. Los disfraces de las Ocho Sagradas Puertas de la Rueda de la Vida deben ser vivos y personales, para ser vividos y que aporten sus misterios. Es algo que puede ser muy diferente a la opción del carnaval; en este caso no estamos ante una festividad de la Rueda de la Vida, sino de una celebración que supone una licencia dentro de un contexto religioso peculiar. Las celebraciones de la Rueda Sagrada de la Vida son arquetípicas y por tanto universales, la otra es enteramente lúdica.
     Para preparar el disfraz revisemos los arcones y armarios de indumentarias en desuso. Leotardos y viejos suéteres o camisetas sirven, sábanas viejas que pueden convertirse en capas; chaquetas viejas, pantalones, abrigos, etc., pueden surtir la materia prima. Ropas de tiendas de segunda mano o retales de mercadillo pueden convertirse en túnicas, togas o saris improvisados. Camisetas pintadas pueden sugerir aspectos animales. El efecto combinado de indumentaria, máscaras y pintarse y ornamentarse conforman el mejor atuendo y disfraz. Tengamos también en cuenta que la presencia de sincronismos forma parte del contexto misterioso, y por ello mágico, de todo este evento. Dejémonos maravillar por lo que encontramos y nos sale al paso para la confección del atuendo adecuado. En muchas ocasiones lo determinante del disfraz no es la ropa propiamente dicha, sino algún añadido significativo y simbólico que se le añade y le da valor. Una lechuza puede definir a Atenea, un tridente a Poseidón, un broche de filigranas celtas al Rey Arturo, una media luna y estrellas a una diosa lunar; una pluma en la cabeza a un guerrero indio; un sencillo turbante a un beduino, una corona de laurel a un audaz guerrero griego o romano… Y así con diademas, guirnaldas, coronas, etc.

     Para completar este apartado voy a reproducir la descripción que ya propuse en Mabon acerca de la preparación de una máscara: “…otra sencilla manualidad en la que, sin duda, querrán participar sus destinatarios. Para hacerla necesitamos cartulina del color preferido, hojas secas y de colores y algunos pequeños frutos otoñales como bellotas o avellanas, o pequeñas piñitas, que recogeremos en la caminata de recolección; pegamento, tijeras, lápiz, pincel y goma elástica o cordelito. Se puede añadir además purpurina en gel o purpurina normal para darle un brillo especial. Empezamos dibujando en las cartulinas un antifaz del tamaño que se prefiera recordando abrir los agujeros para los ojos y cerciorarse de que encajan las distancias con los del niño que la usará. Seguidamente es importante colocar la gomilla elástica o cordel con la que se la ceñirá en torno de la cabeza (considerar que debe quedar resistente para que no se le rompa apenas empiece a jugar). Ahora pegamos las hojas y los frutos al gusto. Así ya está, pero si se quiere se le puede añadir purpurina en gel o usar purpurina normal y añadirla sobre cola blanca, que una vez seca será transparente y dará mayor dureza a la máscara. Por supuesto también se pueden hacer para adultos y así Participar todos del juego y la fiesta”.

     Y finalmente nos queda el aspecto de la pintura para los rostros con esa libertad creativa que puede convertirnos en apariencia de animales, de vegetales, de elfos, hadas y otros personajes cejudos o barbudos, incluso otras apariencias étnicas y extraterrestres.
     Una vez completado el disfraz, cuando llegue el momento, nos lo ponemos bajo una luz débil, en penumbra o luz de vela y nos miramos en un espejo de cuerpo entero. Este instante es el momento de un nacimiento creativo y mítico. Permanece unos instantes “sintiendo” esta identidad, dejando que cobre presencia y poder en ti y ya estás en condiciones de aprender de ti mismo con un nuevo poder.


 
 Ernesto Cabeza Salamó

 








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