VISIÓN
ONTOENERGETICA DEL EJE CIELO-TIERRA
Eje Energético
Central: Desde Rueda
de Medicina: Elemento CENTRO, color PLATEADO, EJE TIERRA-CIELO, no hay estación
específica.
Desde
Corrientes vibratorias: Elemento TIERRA, color MARRÓN, Estación: VERANO TARDÍO.
Desde
cómo aparece la NATURALEZA que nos rodea tenemos su PODER NUTRICIO
vertiendo su abundancia en la PRIMERA
COSECHA.
En
el aspecto Eje Energético Central no establezco ninguna estación concreta, pues
representa la estructura material y Energético del planeta (Tonal terrestre) y
ésta es independiente de sus estaciones que se producen en su baile regular
sobre su eje vibracional mientras
transita danzando alrededor del Sol; pero como he indicado antes, ahora,
en el Verano tardío, la Madre Tierra y la Abuela Tierra se funden en una
única realidad natural.
En la tradición amerindia la energía
de la Tierra
se representa, en asociación con la Hermana Luna, como una espiral plateada
ascendente a través del organismo vivo que después se irradia y transmite
información al Sol y al Cosmos y se entrelaza con la espiral cósmica dorada que
desciende a la Tierra
creando lo que los cheroquis llaman “La intención pura” y en los toltecas “El
intento de Ser”.
Es la energía que nos vincula con el
planeta además de la gravedad. Nos enraíza poniéndonos en contacto con la
realidad física en sí misma. Se asocia al “sistema energético
bazo-páncreas-estómago”: Está relacionado con la paz, serenidad, dulzura,
creación de la sangre y su aspecto vibratorio como representante de la vida
organísmica y el aspecto nutricio y transformador de lo que es extraño en el
propio cuerpo y la propia identidad. Por ello genera consciencia y pensamiento.
Cuando este flujo energético se bloquea se produce el pensamiento reiterativo,
obsesivo, caótico que desarraiga al individuo de su realidad vital orgánica y
terrestre.
Representa al propio planeta y toda la
creación material, por extensión, por ello entre los indios americanos es
también las “Cuatro Direcciones” y los “Cuatro Elementos”, y en el aspecto
“Abuela Tierra” se une a la
Naturaleza (=Madre Tierra), ya vista en la Primavera, como su alma.
En un sentido más cercano y práctico es el material “tierra” como arena,
piedra, arcilla, etc., y su cualidad energética y vibratoria recogida, tal como
quedan los campos de desnudos tras la cosecha de su frutos.
La emoción asociada es el Amor de
compasión (la veraz compasión). Si el Amor como alegría es la genuina
expresión de la vida y se liga con la explosión de la vida natural, de la salud
y reconocimiento. La otra faceta del Amor, mucho más asentado y sabio se
manifiesta como la genuina compasión, coma ya dije antes y ahora profundiza. Es
la serenidad del Alma.
Serenidad |
Compasión es el sentimiento de incluir
a los demás, las relaciones, como parte de uno mismo, o aceptar al otro y
hacerlo propio. Esto lleva un alto grado de apertura, de comprensión, de
madurez y sabiduría; así que este aspecto se va realizando junto a la
autorrealización de cada individuo. En la juventud y primera fase de la madurez
predomina el primer aspecto, pero poco a poco con la experiencia de vivir y
compartir el amor alegre se asienta en esta forma de entender la compasión.
Ambos siempre coexisten, nunca se excluyen.
Compasión |
La compasión, esta forma de amor
maduro, de saber hacer lo justo y adecuado en cada momento, de actuar con
decisión, sin dudas, se asocia a los aspectos del corazón claro y fuerte. La
claridad implica cierta iluminación (contacto con el Ser) y la fortaleza
implica temple y sabiduría, no vigor, resistencia o poder físico. Por ello la
persona está íntimamente ligada a la Madre Tierra y Abuela Tierra, y a los sistemas de
órganos que con ella se asocian: El Sistema Bazo – Páncreas y el del Estómago.
Sistemas que aterrizan al individuo como ya vimos, logrando silenciar la mente
(capacidad de meditar, de contemplación, de entonamiento). La hiperactividad de
la mente (egotismo), diálogo interior, alteran el equilibrio de los sistemas
energéticos b
El Amor en su conjunto (alegría –
compasión) genera el desapego. El Amor contrarresta el miedo y su efecto, el
sufrimiento; y es contrarrestado por el enojo y la ira.
Abuela Tierra: Sistemas de órganos asociados: Sistema bazo-páncreas y Sistema del
estómago.
La naturaleza del elemento Tierra es
consolidar, mantener, arraigar y vincular la energía con la Abuela Tierra. Su
intento es establecer contacto con la realidad física y energética del planeta.
De este contacto se ramifican los otros cuatro rincones o aspectos del mundo
(Naturaleza. Aire, Fuego, Agua) y ocupa el centro desde donde unir y mantener
con eficacia los otros cuatro. Está vinculada a la espiral energética que
brotando de la Tierra
se canaliza hacia arriba (espiral plateada) y su situación bajo el diafragma en
el centro izquierda de la zona la transforma en una conexión con la espiral
descendente cósmica (espiral solar dorada) que canaliza la energía hacia la Tierra. La doble
vinculación vibratoria hace que sea de máxima importancia para la vida del
organismo humano. Nutre al cuerpo-mente, para ello debe absorber; y esto
significa que toma algo que es ajeno y lo convierte en sí misma. Este es el
proceso central de la Tierra:
la transformación.
El proceso transformador de la Tierra se manifiesta en dos
niveles: en el de la digestión de los alimentos y su conversión en nuestro ser
a través de la sangre; y el de la consciencia, fuente de la cognición y del
pensamiento. La Tierra
absorbe las vibraciones procedentes de las sensaciones y las percepciones del
cuerpo-mente (convertidas en reacciones emocionales – creencias, introyectos,
acuerdos), los descompone como el suelo y los transforma en parte del programa
mental. Esto nos indica de su implicación con el sistema nervioso vegetativo,
en especial el ramal parasimpático a través del plexo solar, que todo ello es
también un modo de nutrirse.
Pseudo-entidad: Ego |
Con su poder transformador funcionando
eficazmente genera resultados productivos. En el terreno de la consciencia,
cuando por imposiciones ajenas o personales, se ve imposibilitada a digerir
vivencias y estados emotivos convirtiéndolos en parte del propio ser; se
produce confusión en la misma y estimula
el cerebro creando la necesidad de pensar en exceso, generándose una
pseudo-entidad, parásita que denominamos “ego” o “carácter”, lo que significa
una división en la consciencia y el quedar estancados en ciclos repetitivos de
pensamientos y comportamientos. Lo cual impide que la energía descienda
naturalmente hacia la Tierra,
el reino de la realización, de la acción.
Cuando la consciencia con su contenido, el pensamiento, no puede obtener
integración, asimilación y transformarlo en la realidad del yo y el self,
entonces aparece las preocupaciones y obsesiones. Darle aceptación,
reconocimiento y simpatía a alguien tranquiliza y sosiega sus pensamientos y
ayuda a que los integre y comprenda.
El aspecto nutricio de la Tierra es importante, y se
refleja claramente en las funciones de sus sistemas de órganos asociados: El
del estómago y el del bazo-páncreas. El estómago es la fuente última de la
nutrición del cuerpo, el páncreas regula el nivel energético del azúcar, y el
bazo situado en la parte posterior del abdomen, encima del riñón izquierdo.
Durante el desarrollo del embrión, el bazo produce glóbulos blancos y rojos;
después del nacimiento limita su actividad a la producción de ciertos glóbulos
blancos, a la desintegración de glóbulos rojos ya gastados, y a la destrucción
de bacterias; también almacena grandes cantidades de sangre que lanza al
torrente sanguíneo al recibir el estímulo adecuado, como ocurre durante el
ejercicio intenso; dentro de este contexto, además de lo anterior añadiré que
actuando como depósito, el bazo vitaliza vibratóriamente la sangre. Los
orientales asocian el bazo al origen de la sangre, sabemos que su origen en los
adultos es en el interior de los huesos en la médula roja, motivo por el cual
se incluiría este aspecto de la función asea a este sistema energético. Todos
juntos desempeñan la función de la Madre-Tierra dando sustento al cuerpo.
El sistema energético del bazo
es el sistema expansivo principal del contexto Tierra, e incluye al páncreas y
también incluyo a todo el conjunto de la médula roja de los huesos como parte
de su unidad funcional.
La primera función del sistema
energético del bazo es la transformación del componente de vigor vibracional de
los alimentos ingeridos y ya en sangre la construcción y distribución de
nutrientes en las otras vísceras corporales. El vigor vibracional de los
alimentos en la sangre proporciona la materia prima vibracional para la
elaboración del “vigor vibracional” del cuerpo en otros sistemas que ya hemos
visto.
La fuerza vital de vida y su vigor
vibracional del alimento es impulsado hacia arriba por el sistema del bazo
hasta el sistema de los pulmones y del corazón (vía circulación sanguínea). Es
en el pecho donde el “vigor vibracional” llevado en sangre se combina con el
“vigor vibratorio” del aire limpio (el primero es más negativo, el segundo más
positivo) y de regreso al corazón se convierte en parte de la sangre.
El sistema del bazo es el conjunto
organísmico más importante de la “digestión energética” debido a su función central de transformación
y transporte, y por ser la fuente de “Vigor vibracional” del cuerpo y la
sangre. Su importancia es puesta de relieve por el hecho de que es la base de
la fuerza vital que genera la vitalidad constitucional y de la resistencia individual
a la enfermedad (fuerza vital de vida generada en el propio organismo), con lo
cual está íntimamente relacionada con su función de crear ciertos glóbulos
blancos con la médula blanca de los huesos y el sistema linfático. El sistema
del bazo es también responsable de la transformación, separación y transporte
de líquidos.
Los líquidos corporales, como la savia
vegetal puede ser “limpia” o “bruta”; la “limpia” se dirige al sistema de los
pulmones y desde allí, por el corazón se dispersa alrededor del cuerpo, y la
parte “bruta” acude al sistema de los intestinos para seguir siendo refinada.
Un bazo sano asegura que la digestión
y la absorción sean eficaces y sanos, que haya buen apetito y que los
movimientos de los intestinos sean regulares. Si este proceso es alterado, la
digestión se alterará y la acumulación de fluidos corporales excesivos en forma
de humedad, flema y edema.
El sistema del bazo no es sólo
responsable del génesis del origen de la sangre a través de la transformación
del alimento, sino que controla la sangre manteniéndola en debida cantidad en
vasos sanguíneos. Retiene en depósito mucha sangre y la distribuye en la
circulación según las necesidades del organismo. Un fallo de esta función puede
provocar problemas tales como hemorragias (no hemofílicas) y flujo menstrual
excesivo.
Puesto que el sistema del bazo es la
fuente de la nutrición energética y de su distribución por el cuerpo, desempeña
una importante función en procurar poder y fuerza muscular, y de este modo
“controla” los músculos y las cuatro extremidades.
Ya he dicho que el sistema del bazo
tiene que ver con la sensación de apetito, añadamos que la acción de masticar
es la primera fase en la transformación de los alimentos, y por este motivo
está estrechamente relacionado con el bazo. El bazo, por consiguiente, se abre
hacia la boca y se manifiesta en los labios. También produce el sentido del
gusto. La disfunción del bazo se manifestará bien en los labios secos y
agrietados indicadores de la presencia de calor, o en labios pálidos, mostrando que el “vigor
vibracional” del bazo es débil.
El sistema del bazo impulsa la onda
excitatória de vigor hacia arriba y la controla, con lo cual esta vibración se
convierte en corriente ascendente que ayuda a que los órganos internos se
mantengan vitales en su lugar apropiado
(hace que no se mustien como en las plantas) descendiendo y favoreciendo
el prolapso o la formación de hernias.
El sistema
energético del estómago es un complejo orgánico contractivo (con las
contracciones empuja hacia abajo) muy importante, forma en conjunto con el
sistema del bazo – páncreas la factoría productiva de fuerza vital de vida
orgánica, la otra parte de fuerza vital prenatal se almacena en el sistema
energético de los riñones .
La función principal del estómago es
controlar el proceso por el cual el alimento
es tratado y licuado para que luego el sistema del bazo purifique su
energía y el intestino delgado la asimile. Representa la primera fase en el
proceso digestivo, forma la misma base de la nutrición corporal.
Junto con el sistema del bazo, el
sistema del estómago controla la distribución del vigor vibracional de los
alimentos a todo el cuerpo, particularmente a los músculos y las extremidades.
Si el vigor vibracional del estómago es débil, la persona nota pesadez en las
piernas y brazos, y se cansa con facilidad.
Así como en el sistema energético del
bazo decíamos que impulsa el vigor vibracional hacia arriba, el sistema del
estómago controla su descenso hacia la toma de tierra por las piernas y pies
(enrraizamiento). El estómago en su función de impulsar el descenso del vigor vibracional puede tener
dificultades debido al trastorno energético del hígado (ya visto), produciendo
hinchazón, eructos, reflujo gástrico, hipo y vómitos; todo ello señala de que
el vigor vibracional del sistema del estómago se gira ascendentemente.
Desde el aspecto interior del quinto
río fluido energético de la
Tierra, la
Abuela y Madre Tierra es llamado por los cheroquis “Fuego que
derriba”. Está relacionado con la fuerza ígnea del planeta, ese poder que da
lugar a volcanes y terremotos. El es fuego del estómago y del bazo. El bazo
guarde relación con las ideas y con la transformación, destruye lo viejo y
construye una y otra vez lo nuevo en todo aquello que se relaciona con los
factores sanguíneos. Por el hierro, elemento fundamental de la sangre, y mineral
muy abundante en le tierra. Es un órgano sutil cuya contrapartida tiene una
importante participación en el proceso de transformación. Tiene una polaridad
equilibrada.
Las ideas y la capacidad de
transformación se agitan con la nota RE, que fluye hacia el bazo-páncreas y el
estómago.
El bazo alimenta los músculos.
Es sistema Tierra se asocia con el
sonido de cantar, que expresa nuestro equilibrio y con ello también con el
aspecto del arquetipo del Sanador.
El sabor asociado es el dulce, el
sabor más satisfactorio al paladar y está asociado a los alimentos más
nutritivos.
Es un sabor sedante y alivia la sed,
calma el humor excitado e inquieto.
En un exceso produce frío y pesadez;
embota, torna la mente torpe y somnolienta, conduce al sobrepeso y a la
congestión y produce mucosidades.
Del exceso de dulce proviene la
complacencia, la codicia y la dependencia emocional.
La fuerza de la Tierra se asocia a las
plantas comestibles redondeadas o a ras de tierra, cuya energía vital se recoge
en sí misma; como las coles, coliflores, algunas lechugas, etc.
Ernesto Cabeza Salamó
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