Actividades en grupo o familia de Lugnasad
“La Primera Cosecha”
Como
he indicado en la exposición teórica de esta festividad, Lugnasad encierra un
misterio y el cometido de las distintas actividades es abordarlo desde diversos
ángulos.
Celebrar
un acontecimiento Cósmico-Natural es un evento que nos compromete en todos los
aspectos de nuestra vida. Lo afectivo, lo activo y el conocimiento;
explorándose desde el sentimiento, desde la vivencia, desde lo simbólico y
arquetípico; desde el corazón y desde el conocimiento. Todo nuestro ser y sus
diversos ámbitos deben aparecer y mostrarse.
Como
en todas las celebraciones de la Sagrada
Rueda de la
Vida, o de Gaia, las actividades no son meros
entretenimientos. Tienen como objetivo el establecer contacto esencial con el
fenómeno natural desde distintos niveles de consciencia; y crear un “darse
cuenta”, tomar consciencia del lugar que uno ocupa en el escenario tan arduo y
complejo de vivir.
No
voy a repetir el significado de Lugnasad, pero sí exponer y ampliar las actividades
que pueden realizarse en armonía con el significado de esta festividad.
Elaborar diosas de hierba.
Empecemos
proponiendo la realización de una diosa o figura de la cosecha que bendiga
nuestro hogar y nos recuerde la generosidad de la madre Tierra. Es una
actividad grata que acompaña en la conexión viva con el planeta y nuestros
ancestros, los que generaron esta hermosa forma de honrar a la Madre Tierra. Hay manuales para realizar numerosas manualidades con
paja, entre ellas diversas figuras, así como con otros materiales como las
hojas que recubren las mazorcas de maíz. Como ejemplo expongo algunas sencillas
extraídas de Internet. Como no todos disponéis de acceso a un trigal o maizal,
no es imprescindible que sean de estos materiales para este propósito. De
hecho, el que se realice con material vegetal que se pueda encontrar en vuestro
huerto o jardín o en el propiocampo
próximo, es muy adecuado y, además, contribuye a que se produzca un lazo de
conexión más íntimo con la Madre Tierra.
Se puede tallar una vieja mazorca seca de maíz, puede hacerse con hierbas
diversas flexibles, con tallos secos de diversos tipos de enredaderas. Dejad
discurrir vuestra imaginación y con algo de cordel y diversas hierbas y platas
podréis conseguir realizar algo hermoso.
Recoger las
plantas para prepararlas ya, de por sí, es toda una importante actividad en la
que participa todo el grupo o familia. Tengamos siempre en cuenta que allí
donde recojamos materiales para nuestro propósito, debemos dejar una ofrenda de
gratitud a la madre Tierra. Nosotros tomamos como modelo el proceder de los
Nativo-americanos ofreciendo algo de tabaco por su peculiar y singular
propiedad energética. Si estas figuras se hicieran íntegramente con hojas de
tabaco secas serían unos excelentes medios entre nuestro espíritu y la Madre Tierra, pero difundiría
su peculiar olor por el hogar que para algunos puede ser molesto.
Esta
recolección se realiza mediante una caminata de la que más adelante me ocuparé
con más detalle
Una vez que el grupo o familia ha recogido los
materiales, escogemos un lugar cómodo donde sentarse e iniciamos la labor.
Las
autoras del libre “La Magia
de la Tierra”,
de donde procede la inspiración de estas actividades ofrecen una propuesta muy
asequible:
(…) “Doble
un puñado de hierbas para formar la cabeza, atenlo con algo de cordel vegetal a
unos cinco centímetros para hacer el cuello. Ate otro cordel más abajo para hacer
la cintura. Inserte un puñado de hierbas a través entre el cuello y la cintura
para confeccionar los brazos, atando un fino cordel para las muñecas. Las
hierbas que están colgando más debajo de la cintura pueden dejarse tal cual
como si fueran una falda para hacer una figura femenina, o puede separarlas en
dos partes y atarlas en la rodilla para hacer una figura masculina –las figuras
de la cosecha pueden ser masculinas o femeninas, dependiendo de la preferencia
del niño, puesto que honramos en esta época tanto a los diosas como a las
diosas de la vegetación-. Puede colgar hojas a las hierbas y añadirles algunos
toques: una corona de tréboles, un collar o cinturón hechos de algunas otras
hierbas de forma que contraste”.
Una
vez hechas estas figuras puedes colocarlas en el altar de Lugnasad para su
celebración; y tras ella, se puede disponer su ubicación ya sea en el interior
del hogar como bendición del hogar o en el jardín o huerto. En ambos casos se
puede organizar una procesión ya que estarán plenas del poder que con nuestra
intención y atención les hemos otorgado.
La Figura de Lughnasad
Ya
hemos dicho que esta celebración conmemora el dios Lug, que representa el sol y
en esta fiesta nos hacemos conscientes de que se debe morir para que se pueda
vivir. Los frutos, el grano mueren al ser ingerido o molido para que podamos
alimentarnos con él y sea parte de nosotros. Hay un sacrificio para que
vivamos. Esto es un tema de hondas raíces existenciales que acompaña a la
humanidad desde su origen, y es el cumplimiento de una ley universal en la que
la energía se transforma de algo más sencillo a algo más complejo a través de
la vida. La ley de la evolución.
Nuestro
ego, la creencia de considerarnos los seres superiores de la naturaleza nos
justifica considerar a los demás seres naturales como objetos a utilizar y
explotar; meros objetos y, más aún, cuando no somos conscientes del proceso de
su transformación, es decir de su muerte para nuestro bien. Por eso es tan
importante que de forma artesanal en nuestras actividades nos hagamos
conscientes de sus ciclos: nacer, crecer, florecer, fructificar, recolectarse y
morir transformándose en nuestra propia vida y cuerpo. ¿No debemos sentirnos
altamente agradecidos por su gran sacrificio? ¿Y con qué fin? Además de,
obviamente el vivir, el contribuir a que podamos cumplir con nuestro sentido
existencial: desarrollar nuestro potencial humano hasta donde cada cual pueda
llegar.
También
hemos dicho que la cosecha era un asunto de vida o muerte para nuestros
antepasados. Una generosa cosecha significaba garantías de supervivencia, pero
una escuálida representaba muerte por falta de recursos. Y esta es la Primera cosecha, se está
preparando la segunda para un mes después. Así, pues había que agradecer a la Madre Tierra los favores
recibidos y hacerse merecedores de una segunda cosecha asimismo favorable. Por
ello se construían figuras grandes de paja con bolas de masa de pan escondidas
en su vientre y, en su momento, se echaban al fuego donde se consumían y,
cuando las cenizas se enfriaban, esas bolas de harina se habían convertido en
pan que era, entonces, compartido y comido dando gracias al gran sacrificio que
había realizado el cereal.
Vamos a retomar esta vieja tradición añadiéndole un aspecto más trascendente, convirtiéndola en un No-hacer. Un hacer es una actividad interesada, que cumple una función dentro de la sucesión causal de hechos de la consciencia ordinaria. La acción condicionada al efecto versus a la acción incondicionada sólo útil para el espíritu. Este es el poder que se atribuye a los mandalas, y justamente esto es lo que vamos a hacer en varios sentidos con esta actividad.
Vamos
a construir la figura de Lugnasad de cañas y otros materiales y en su interior
encerraremos masa de harina junto a diversas ofrendas y lo sacrificaremos al
fuego como símbolo del sacrificio que hace parte de la Naturaleza para que
nosotros vivamos. Seres vegetales, semillas, seres del agua, del aire, de la
tierra, e incluso a seres humanos que renuncian a aspectos de sí mismos por
nuestro bienestar y salud. A todos estos maravillosos y generosos seres que se
desviven o sacrifican por nuestro bienestar y vida.
Hagamos una imagen humanoide utilizando
materiales secos como cañas, mimbres, cordeles, ramitas, hierba o paja y en su
tronco encerraremos nuestras ofrendas como masa de pan además de otras propias
de lo que la naturaleza nos ofrece en este tiempo a más de tabaco y salvia.
Después de su atenta construcción, por la noche lo entregaremos al fuego en
sacrificio. Siendo plenamente conscientes de su significado.Ofrendas al árbol
Elijamos algún árbol que
tenga fruto, cualquiera, sea silvestre o no. Consideremos todo lo que nos puede
ofrecer un árbol. Digamos en voz alta todo cuanto proviene de ellos y que
nosotros podemos aprovechar o disfrutar. Una vez hacha la lista reconozcamos lo
generosos y amigables que han sido y son con los humanos y como les
correspondemos habitualmente.
Ahora
dirijamos a éste o estos árboles, de acuerdo a lo numeroso del grupo,
vendémonos los ojos por turnos tanto adultos como niños. Que cada cual, en su
turno; lo toque, lo huela, lo escuche. Que lo explore plenamente, que se haga
una imagen de él sin mirar. Haceros imágenes táctiles, olfativas, sonoras.
Ahora quitaros las vendas y dejad que entre por la vista, tratad de ver más
allá de lo aparente mientras otros lo exploran con los ojos vendados.
Ahora
dividamos el grupo o grupos en dos secciones. Una se sentará apoyando la
espalda en el tronco del árbol. El otro, más numeroso, formando un círculo
exterior mirando al tronco por encima de los que están apoyados en él. Los que
están apoyados sentir con vuestras espaldas el árbol y mirad el follaje
observando los dibujos de luz y sombras hechas por el sol entre las hojas; buscad
los puntos de cielo y centraos únicamente en ello. Se dibujará otro árbol de
color del cielo y luz. Contemplarlo atentamente.
Los que estáis en el círculo exterior vais a
observar las oscuridades y sombras de su tronco y follaje, sólo lo oscuro hasta
que esa oscuridad parezca tener cuerpo propio y/o veáis que de ella surge un
resplandor.Seguidamente cambiaréis de posición…
A
continuación, por si no lo habéis advertido, escuchad el sonido del aire entre
las hojas o el aroma que trae desde él. ¿Qué se oye? ¿A qué se huele?
Ahora
abrazad el árbol, cerrad los ojos y permitid que el árbol os “hable”. Captaréis
por sensibilidad e intuición… ¿Qué sentimientos o estados de ánimo se
presentan? ¿Cómo es el estado de ánimo del árbol? ¿Os está enseñando algo?
Es
muy común que cuando nos sentimos angustiados, ansiosos, disgustados, tristes o
nerviosos busquemos estar cerca o en contacto de un árbol y permitir que su
energía penetre en nosotros calmándonos,
confortándonos, absorbiendo nuestros problemas. Los árboles con estas emociones
lo mismo que hacen con el dióxido de carbono; lo descomponen devolviendo el
oxígeno. Descomponen nuestro estado emocional devolviéndonos sentimientos
serenos, armónicos y limpios.
Seguidamente, cerrad nuevamente los ojos y
contadle, en silencio, algo que os cause aflicción, contrariedad o problemas.
Démosle gracias. Construyamos un círculo
de piedras rodeando el tronco y en ese círculo depositemos algunas ofrendas
(algo de harina, algunas flores aromáticas, salvia y tabaco; pero también
podemos dejar algo más personal como mechones de cabello o algo nuestro.
A partir de ahora incorporad a los árboles
entre vuestros círculos de amigos íntimos.
El Círculo de cubos de
hielo herbales
Esta actividad se realiza en dos momentos
diferentes. Una el sábado preparando las infusiones y lo serán los cubos de
hielo. Una segunda parte se realizará el domingo por la mañana en el círculo de
cubos de hielo y su meditación.
Una de las leyes de la sabiduría es que en
el terreno tridimensional toda manifestación está sujeta a evolución e
involución. Con el aumento de energía los fenómenos se hacen más complejos,
sofisticados; pero luego, al disminuir ésta se disgregan en sus partes
constituyentes. Lo que significa vida-organización-complejidad y muerte-desorganización-desintegración.
Complejidad y sencillez.
Cuando prestamos atención a los fenómenos
que se transforman hacia la complejidad y hacia la disolución, algo interno nos
hace pararnos y tomar consciencia. Esta actividad, en su fase final celebra el
poder del sol desencadenando cambios. Por ello esta actividad es un modo
sencillo y también poderoso de invertir un tiempo de nuestra consciencia y
amplificar nuestro respeto por las innumerables transformaciones que ocurren en
el mundo que nos rodea. En última instancia es también un No-hacer. Y ya
sabemos del maravilloso poder de los No-haceres, de sacarnos de la consciencia
y atención ordinaria y facilitarnos el acceso a otros estados de consciencia y
atención no ordinarias y, por tanto, de desafiar nuestra vida mecanicista y al
ego dominador.
Vamos a preparar recipientes con hierbas
relacionadas con estados anímicos y situaciones personales y aquello que se
quiera atraer o trabajar con esta actividad.
Listado de temas y plantas:
Temas:
Plantas:
Amistad,
comunicación Lavanda.
Energía
mental
Menta y/o romero.
Valor,
fuerza
Borraja.
Trabajar
la calma Manzanilla.
Sabiduría
interior
Artemisa.
Pensamiento
claro Menta y/o romero.
Confianza Jengibre.
Éxito
Laurel.
Creatividad
Laurel y ginseng.
Hogar
feliz y dichoso
Rosa.
Curación
y salud Tomillo.
Protección Albahaca.
Purificación
y limpieza Salvia.
Cansancio
físico
Ajedrea.
La primera parte de la actividad se prepara
el día anterior en la cocina.
Ahora cada cual selecciona las hierbas
para hacer la infusión de acuerdo con la lista previa conforme a lo quieras
invocar o honrar.
Seguidamente se prepara una infusión
fuerte utilizando ½ taza de hierba seca y ½ litro de agua hervida. Dejemos
reposar hasta que esté a la temperatura del ambiente, después se cuela y se
enfría. La proporción para una taza de infusión + unos 12 cubitos es de ½ taza
de hierbas y ½ litro de agua; de lo cual ¼ de litro se destinará a la infusión
y el otro ¼ de litro a cubitos por persona. A algunos niños, quizá no les haga
mucha gracia tomarse la infusión en su momento, pero se puede arreglar poniendo
en su taza la mitad de infusión y la
otra mitad de zumo de frutas. La parte de infusión la colocamos a refrescar en
el frigorífico, y la parte a congelar en cubiteras. Para que resulte aún más
entretenido para los niños, se les puede pedir que coloquen unas briznas de las
hierbas respectivas dentro de cada compartimento de la cubitera antes de que se
pongan en el congelador para mañana.
En el programa de actividades propongo
que esta actividad se realice el domingo por la mañana después del ritual de
Lugnasad.
Busca tu lugar al aire libre y siéntate en
el suelo con tu vaso de infusión y tus cubitos. Piensa en el sol y temperatura
eligiendo el lugar y la protección adecuada.
Una
vea acomodados en el sitio y sin interferencias extrañas tomaos unos momentos
para interiorizaros y mostraros receptivos con el ambiente. ¿Cómo te sientes sentado
y cómo sientes lo que hay bajo de ti? ¿Qué vida verde crece a tu alrededor?
¿Percibes alguna criatura animal (abeja, araña, hormiga, mariquita, etc.) que
se mueva entre la hierba o por el aire? Date cuenta de los ruidos, de los
olores, de los colores y sus matices. Este será tu lugar sagrado, tu círculo de
poder.
Ahora dispón cuidadosamente en círculo a tu
alrededor los cubitos de hielo, entretanto reflexiona sobre la cualidad que
estás invitando y honrando en tu vida. Improvisa o recita alguna canción al
propósito mientras los colocas siguiendo la dirección de las agujas del reloj.
Una vez creado el círculo de cubitos, muy
lentamente bebe la infusión y presta atención a los cubitos. Obsérvalos
mientras el sol y su calor los derriten. Y mientras esto sucede, imagina que la
energía de la hierba se libera y vuelve a la vida, generando un círculo húmedo
a su alrededor. Como los niños pueden tener dificultades en mantenerse quietos
en el interior del círculo, se les puede invitar a que toquen música, cantes
y/o bailen dentro del círculo ayudando a que se derritan los cubitos. Si aún
habiendo mezclado la infusión con zumo de fruta, les resulta extraña, pueden
probar de beber un sorbito y luego pueden mojar los dedos en ella y rociar por
el alrededor.
Una vez que te hayas bebido la infusión y
los cubitos se han derretido, transformado; tómate otro tiempo para sentir el
poder del sol y de las hierbas. Lo que era sólido se ha transformado, se ha
hecho fluido y lo ha absorbido la tierra convirtiéndose en parte de ella.
Medita sobre el significado profundo que esto encierra como sabiduría.
Luego, dando por acabada la actividad, toma con tus dedos algo de la
humedad que queda en el suelo y ponla en el entrecejo (el tercer ojo) creando
un vínculo entre tu espíritu, la
Tierra y la energía de las hierbas de la infusión.
Caminata-paseo para
recoger hierbas y semillas, y mosaico de semillas.
Para acabar de ultimar el altar de Lugnasad
y realizar dos de las actividades propuestas debemos adentrarnos en la
naturaleza para obtener el material con qué hacerlo.
El medio verano es la estación de la gran
mayoría de las semillas y el tomar consciencia del gran poder concentrado que
se presenta a vuestro alrededor.
En el paseo vamos a tener a mano nuestro
paquetito de picadura de tabaco, con el que ofrecer como plegaria de
agradecimiento a la madre Tierra y al espíritu de las plantas que vamos a
recoger o recolectar sus semillas.
El tabaco es una hierba sagrada para los
nativo-americanos porque son conscientes
de que absorbe energía y ésta es la que producimos con nuestro sentir y pensar.
Si a la pizca de tabaco de ofrenda le enviamos una oración de agradecimiento a la Vida, a la Madre Tierra, al espíritu de la
planta; esta energía nacida en nuestro corazón permanecerá en el tabaco y la
irá liberando en el lugar donde se deposite. No olvidemos esto.
ecogido. En el altar de Lugnadsad podemos colocar
algunas figuras de la cosecha y un bol con frutos, semillas y vegetales de la
estación, así que iremos en búsqueda de un manojo de hierba para crear la diosa
de la cosecha y frutos y semillas para el bol del altar. Además de si deseáis o
queréis recoger plantas medicinales para vuestro hogar o para acompañar a la
comida y cena que realizaremos a lo largo de la jornada. Todo cuanto recojamos
es sagrado y no debemos despilfarrar o recoger lo que no tengamos que utilizar
en nuestro provecho y el de todas nuestras relaciones. Seamos conscientes de
ello en esta caminata solitaria o grupal. Con un periodo de 45 minutos puede
ser suficiente. A la media hora se hará sonar la caracola, y otra vea a los 45
minutos. Nos reuniremos a continuación para disponer de lo recogido.
Se pueden recoger semillas de gramíneas que
aún no se hayan recolectado (trigo, cebado, avena…), frutos y semillas de hierbas
silvestres, de arbustos, de árboles. Observar la inmensa variedad de recursos
que la Naturaleza
ha diseñado para la continuidad de la vida. Si encontráis, como es muy fácil;
las esferas etéreas de diente de león podéis soplarlas formulando un noble
deseo.
Si se dispone de un huerto y en él hay
frutos con semillas se pueden recoger. Se puede hacer con semillas de pimientos
maduros, de sandía, de melón, de calabaza, de girasol, de tomate, etc. Unas se
pueden recoger para el bol del altar, otras se pueden comer directamente y
otras se pueden reservar como semillas para plantar en su momento.
Recogemos, para reconocer y honrar en esta
época de semillas, una amplia variedad de diferentes formas y colores que
puedes encontrar en el huerto, en el campo, en el jardín y que después
utilizarás para preparar el mosaico. Con ellas se elaborará soles, espirales,
filigranas, diosas de la naturaleza, etc., con todo tipo de colores y formas en
estas semillas tan especiales. Este mosaico también lo colocaremos en el altar
de Lugnasad y después os lo podréis llevar a vuestras casas con su poder para
bendecir vuestro hogar. Para ello recortaremos una cartulina blanca en la forma
que prefiráis (triángulo, círculo, cuadrado, etc.) y en él dibujaremos en lápiz
la plantilla del mosaico, sobre ella iréis pegando las semillas recogidas y configurando
vuestro mosaico de Lugnasad.
Crear el altar de Lughnasad.
Un
altar es un lugar donde confluyen energías procedentes de la consciencia, de la
atención, de sentimientos, emociones, símbolos, pensamientos y aspiraciones. Es
una lente de aumento que crea un lugar especial y significativo.
Un
altar es como una lente en la que se concentra la atención compartida centrada
en una intención. En la confección del mismo participa todo el grupo sea
familiar como de allegados y se va concluyendo a lo largo de toda la jornada a medida que se
obtienen y se completa a lo largo de toda la jornada a medida que se obtienen o
preparan, así que ahora propongo un esbozo.
Como en Lughnasad se celebra la Primera cosecha y el
misterio que encierran las semillas, el que todo esto figure en él es adecuado. Un círculo de piedras en la
tierra, un tocón de árbol cortado, un montículo de tierra o una mesa circular
son adecuados. Para el ritual es conveniente que figuren algunas espigas.
Es
importante que figure algún fuego en el altar y que además se localice en el
Este, el lugar del elemento fuego en la Sagrada Rueda
Medicinal Ontoenergética. Lugnasad es la mitad de verano, por lo tanto sus
símbolos se unen a los del verano en su conjunto. Deben figurar frutas del
tiempo, haciendo especial énfasis en el aspecto semillas; es imprescindible el
que figure una hogaza de pan hecho entre los participantes y sea también el
centro del altar; a su alrededor se van colocando alguna de las figuras de la
cosecha destinadas a este fin, el bol con semillas, frutos y vegetales de la
estación. Debe ser un recordatorio de la generosidad de la Madre Tierra.
Cada
cual puede seguir la tradición que sienta más próxima. Ya sea oriental,
céltica, cristiana, musulmana, amerindia o africana. Los elementos son
simbólicos y obtienen significado conforme a la tradición del grupo.
Personalmente me decanto por la amerindia por su austeridad y sencillez. Cada
cual haga el altar conforme a su sentir y creencias.
Mi
propuesta es marcar las Cuatro Esquinas del Mundo con su símbolo:
Norte-guerrero-mente-aire con el símbolo de plumas representando a los alados.
El Este-vidente-verdad-fuego o luz con un fuego o vela simbolizando la verdad
interior, la iluminación y la creatividad. El Sur-sanador-amor-Madre Tierra con
arena o piedras y ramos vegetales de salvia. Y el Oeste-misterio-sabiduría-agua
con un recipiente con agua representando el misterio, la otra realidad y la
muerte con el desapego, aquí conchas marinas pueden ajustarse bien. En el
Centro del altar coloco una pluma de águila indicando la alta aspiración de
elevarse hacia el Gran Misterio, las espigas y la
Hogaza de pan que representan el misterio de Lugnasad. El
incensario o sahumador lo coloco en el Noroeste. El caldero o bandeja de
ofrendas al fuego en el Sureste. La vela específica de Lugnasad en el Sur
rodeada de círculos de plantas y el bol de frutos y semillas; repartiendo los
demás detalles por todo el altar de un modo armónico. Cada cual añade aquello
que quiere aportar y le resulta significativo. Puede que a los niños les
apetezca realizar dibujos sencillos con semillas por el altar o colocarle
flores que han recogido. Coloquemos también en el Sur una vela de color dorado
amarilla o verde, que son los colores del verano y el sur; que nos
recuerde las cosechas y también algo de miel recordando el aroma y la
dulce cosecha que de estos nobles insectos se obtiene. Finalmente coloquemos
aluno de los mosaicos de semillas realizados y las diosas o figuras de la
cosecha seleccionadas para el altar.
La comida especial de Lugnasad.
El medio
verano es un momento muy especial dentro del conjunto del verano que está
plenamente asociado con el Sistema cardiovascular además del énfasis en el Eje
Cielo-Tierra. Es por ello que el corazón y la circulación se armoniza con el
estómago, el bazo y el páncreas de acuerdo con la Ontoenergética del
verano y del Eje Cielo –Tierra. El dominio sobre la energía calorífica corporal
y la circulación con el vínculo con la Madre Tierra en su contexto energético.
Estamos
plenamente inmersos en la época de la Primera cosecha y su plasmación simbólica
europea-mediterránea con el trigo, así como en Oriente es el arroz o en América
el maíz. Por ello en las comidas de la celebración de Lugnasad debe figurar de
forma destacado su misterio representado por el grano de cereal y su
transformación en harina y pan. Pero no se trata solamente de que éste figure
en la comida o cena, sino que éste sea hoy especial. Sea porque se adquiera uno
especial para la ocasión o, y es lo preferible, que sea elaborado por el propio
grupo de la forma más consciente posible. El énfasis en el efecto de
“transformación” se percibe
especialmente con el efecto de la levadura, que eleva la masa
cambiándola de forma. Hornear la masa de pan convirtiéndolo en un pan sería la
actividad más acorde con la
Tierra y con el espíritu de la festividad. No es necesario
hacer un pan sofisticado, ni las genuinas hogazas, basta con hacer uno sencillo
pero con plena consciencia, rememorando la gran importancia que tenía este
alimento para nuestros ancestros. Tratad de imaginar que hemos cultivado el
cereal, lo hemos segado con la hoz y lo
hemos trillado en la era; luego lo hemos molido convirtiéndolo en harina y
ahora lo amasamos y le añadimos levadura transformándolo en el alimento de
todos. Los deseos, las energías, los esfuerzos, todo en el acto de prepararlo y
después en comerlo. Ahora que ya conocemos el significado de esta festividad
imaginad que estás trabajando con la energía de la Madre Tierra como diosa y la
del Sol como un dios, y que se sacrifican por todos vosotros.
Si se hace
el pan, como sería deseable en grupo familiar, todos deben participar en el
amasado y su ejecución. El hacer porciones individuales está bien en el sentido
de que cada cual puede sentirse responsable de su ración; pero también es
altamente significativo la cohesión y espíritu fraternal cuando se prepara uno grande
y se corte y reparta después entre todos.
Estar
conscientes supone que todos los sentidos tanto externos como internos están
activos. Mientras se hornea el pan, veámoslo dorándose, olamos su fragancia y
luego su color, su calor, su textura, su olor.
Gazpacho |
Pero además
de un buen pan, para Lugnasad, deben figurar los demás ingredientes de la
abundancia de la cosecha. Los vegetales frescos y frutos del tiempo. Ensaladas
variadas, gazpacho, un pisto de verduras
de la huerta, o incluso un frito de vegetales; pero ahora conviene que en su
caldo se pueda untar el pan.
Como bebida
es tradicional la presencia de la cerveza sea con o sin alcohol por su estrecha
relación con el mundo de los cereales; y para los niños lo mejor son los zumos
de frutas del tiempo. Mejor si se hacen directamente licuándolos o, cuando
menos, comprados, pero sin aditivos químicos.
Y para
postres, en Lugnasad, lo conveniente sería una tarta de manzana o de peras, disponiendo
sus lonchas en espirales y regadas con miel. Así esta dulce tarta nos recuerda
el astro solar, siendo muy adecuada para finalizar la comida o cena. La
macedonia de frutos del tiempo también es muy indicada, y si se sacrifica un
melón o una sandía os complaceréis con su delicioso dulzor.
De esta
manera combinamos numerosos recursos propios de la alimentación energética del
verano con el simbolismo arquetípico de Lugnasad.
El grupo familiar o de amigos en Lugnasad.
Estamos a
mitad del verano, el apogeo del solsticio ya quedó atrás, nos acercamos al
equinoccio. Los días ya son menos largos aunque aún superan en horas a la
noche. El poderoso astro solar ya manifiesta una disminución de su señorío y la
vida natural se prepara para concluir sus funciones expansivas y reproductivas
ante la inminente llegada de una fase de cambio hacia lo contractivo.
Ahora, aunque el rigor del sol es muy poderoso en el cielo, en la tierra
acontecen los maravillosos efectos de la fructificación con la entrega de la
abundancia.
Lo primero
que vamos a realizar es el respetuoso saludo a la Sagrada Rueda de la Vida honrando sus ocho magnas
puertas del modo tradicional. Así ya estamos inmersos en un contexto de
atención no-ordinaria. Puede que aquellos que en el grupo estén más despiertos
en lo transpersonal, puedan sentir que están en estado de consciencia
acrecentado; en tal caso les pido que ya no lo abandonen en el transcurso de toda la celebración. Es un
auténtico estado de plenitud. El objetivo de saludar las Ocho puertas sagradas
de la Rueda de la
Vida es generar un estado de consciencia no-ordinaria para
poder experimentar los acontecimientos de este encuentro como una iniciación
transpersonal y arquetípica. ; que puede dar lugar a una experiencia “pico”. Y
que a través de este estado de armonía entre el microcosmo y el macrocosmo
podamos imprimir un estado armonioso en nosotros mismos, en nuestras relaciones
y en el propio planeta. Aquí no valen escepticismos; pretendemos ser guerreros impecables
del espíritu y nuestra confrontación es incondicional. Luchar ante lo que
bloquea e interfiere nuestra armonía personal y en sintonía con la armonía de la Naturaleza, de cuyo
sistema energético somos una pequeña parte constituyente.
Desde el
punto de vista Ontoenergético, la energía expansiva concluye su función que es
generar las semillas de nueva vida. Todos los esfuerzos energéticos ahora están
dirigidos a este fin, que concluirá en los alrededores del próximo equinoccio.
La energía interna de los seres vivos y la energía externa están en gran
actividad. Hay expansión interior y también exterior, por eso es una fase del
año extrovertido y vital; pero, como ya hemos visto, su expresión a través del
sentimiento de Amor ahora es de amor sereno, sabio, maduro. El amor como
alegría de vivir se va modulando como más sereno y convirtiéndose en un amor
empático, compasivo, leal, fiel, incondicional. Lo entrega todo a cambio de
nada; esta es la verdadera abundancia, este es el acto de generosidad y entrega
más incondicional posible. Este es el sentir de la madre Tierra en la fase de
la cosecha. Constituyendo el meollo del misterio arquetípico de esta
celebración.
Entregarse
a la muerte para que prosiga la vida. Así lo vemos anunciado en el cielo con la
disminución del vigor del sol y lo vemos en la tierra con la naturaleza de
color más terrosa y produciendo las semillas, las nuevas criaturas que en su
momento brotarán dando lugar a la nueva vida.
La entrega
incondicional no admite ningún apego, el apego es fruto del temor a la soledad
y a la muerte. Y sin apegos el amor
irradia su poder sin obstáculos, suprimiendo el temor y el sufrimiento.
Ahora
empezamos a preparar el altar de Lugnasad, dándonos cuenta de lo que nos falta
para que represente simbólicamente la vivencia del mundo que nos rodea y nuestro
sentir interior. Mientras preparamos el altar veamos que éste es la
representación de la vida que nos envuelve en este portal sagrado de Lugnasad.
Si uno
gusta de adecuarse con la indumentaria a esta celebración sepa que los colores
propicios son los de la tierra: amarillos, dorados, marrones y verdes; y que a
nuestros hijos lo podemos vestir con ellos o prepararles algunas túnicas con
estos motivos explicándoles el por qué.
De
inmediato nos adentramos en la exploración del misterioso significado de esta
celebración. El mejor modo es a través de la actividad alrededor del pan.
Tanto si es
factible como si no, el preparar pan desde la harina, lo que no podemos
soslayar es que se da el misterio de su transformación y esto debe meditarse profundamente.
Más adelante durante el ritual, estando alrededor del altar, realizaremos la
experiencia trascendente compartida de cortar este pan y comerlo en
fraternidad, lo que nos conducirá a recuerdos ancestrales y arquetípicos.
El
participar activa y conscientemente en la transformación de la masa de harina
en pan nos conduce a interrogarnos acerca de nuestra transformación personal y
cómo entregamos o compartimos nuestros dones
para el mejoramiento y el bien de nuestro mundo humano y natural.
En este mismo contexto, es tradicional el
que se entregue una ofrenda al fuego del pan ceremonial en la hoguera de
Lugnasad; y para ello construimos una figura de Lugnasad en cuyo interior
colocaremos las ofrendas y que, en su momento, entregaremos al fuego. Ya hemos
visto que la preparación de esta figura es un auténtico No-hacer; acto que sólo
tiene poder en el aspecto de lo profundo del Ser, en nuestro Self.
Para poder
completar el altar y realizar las siguientes actividades debemos realizar una
caminata de exploración y recolección. Necesitamos recoger hierbas para
elaborar las diosas de la cosecha, necesitamos frutos y semillas para el
mosaico y el bol de ofrendas del altar; a más recolectar, si se desea, plantas
de uso medicinal personal. Caminemos conscientemente con nuestras ofrendas de
tabaco para agradecer a la
Naturaleza y al espíritu de las plantas su abnegada entrega.
Sintamos que nuestros pies están en contacto con la madre Tierra y todos
nuestros sentidos internos y externos en contacto con ella. Sintámonos
anímicamente compartiendo y participando del estado de ánimo y sentimiento
propio de este umbral, de este portal sagrado.
De vuelta,
aportando lo recogido, nos disponemos a preparar la comida del día, plenamente
conscientes de estar inmersos personalmente, socialmente y energéticamente de
la atmósfera vivencial de la celebración. Este momento lo dedicaremos también a
la preparación de las infusiones y
cubitos de hielo herbales. Después al celebrar la comida grupal, démonos cuenta
que comer es un acto sagrado arraigado plenamente en el misterio de Lugnasad.
Veamos este comer como un “comer no-ordinario” y esto también nos va a valer
después durante la cena, que será en el momento cumbre de la celebración.
Tras la
comida emprenderemos la labor de elaborar las diosas de la cosecha, cada cual
siguiendo la propia inspiración. Estas figuras herbales simbolizan a la Madre Tierra, a la Naturaleza
participándonos su amor y abundancia; y estas figuras nos van a acompañar
durante todo el año bendiciendo nuestro hogar. Acordémonos que en el próximo
Lugnasad, estas figuras deberán ser sustituidas por nuevas y las viejas deberán
ser entregadas a la hoguera de Lugnasad junto con la figura de las ofrendas.
Para los niños desprenderse de las “muñecas” de la cosecha puede costarle algo,
pero se les explica que para esto se hacen o se han hecho las nuevas y, las
antiguas, están deseando volver a la tierra de donde nacieron después de
haberlos acompañado durante todo un año.
Imbuidos del
sentir, participando con el corazón abierto en la resonancia ancestral y
arquetípica de esta etapa tan importante del año, acerquémonos a los árboles
con frutos y honrémolos entrañablemente tratando de fundirnos energéticamente
con su existir, con su serena y vigorosa sabiduría. Descubramos todo cuanto
pueden transmitirnos y lo que podemos aprender de ellos.
Y ya con todo ello, estamos en la fase más
profunda e intensa de la celebración. Preparemos la hoguera, no tan grande y
vistosa como la de Beltane o Litha, sino más modesta, pero grande en
significado. Seamos conscientes de su significado mientras la preparamos.
Seguidamente preparemos la cena que realizaremos junto al fuego.
Mientras la preparamos veamos los paralelismos
entre preparar la hoguera y prepararnos la cena. Consideremos el efecto
transmutador del fuego y el misterio de la transformación de los alimentos que
son vida que se sacrifica para nuestra vida.
Estando
todo preparado, nos reunimos alrededor de la hoguera, habiendo hecho el saludo
al Crepúsculo y la purificación con salvia, procedemos a encender la hoguera en
la que estratégicamente está colocada la figura de ofrendas de Lugnasad.
Mientras
arde la hoguera con la figura entregamos al fuego de Lugnasad las demás ofrendas
que tengamos previstas y las diosas de la cosecha del año pasado. Le sigue el
trabajo meditativo y, sin renunciar a él, proseguimos con los cantos y bailes
que nos surjan de tal estado anímico.
Seguramente
ya estamos en condiciones de realizar la cena. Tengamos en cuenta mientras la
hacemos que se está sacrificando vida y que en el interior de nuestro organismo
esta vida sacrificada que ingerimos se va a convertir en nuestro propio cuerpo
y vida. Sintamos la entrañable gratitud hacia la naturaleza por su entrega
amorosa por nuestra vida. Preguntémonos entonces: ¿Qué sentido adquiere ahora
nuestra vida y existencia?
Esta
pregunta puede ser el centro en torno al cual gravite la velación o vigilia
ante el fuego hasta que decidamos retirarnos al descanso. Y en el momento de
entregarnos al sueño solicitemos a la madre Tierra que nos inspire sus
misterios a través de reveladores sueños, para ello va bien beber un vaso de
agua antes de acostarse.
Al amanecer,
independientemente de que se haya hecho o no el saludo al sol naciente, después
del desayuno nos agrupamos entorno del altar de Lugnasad, ya pleno, y
efectuamos su ritual. Cuando vosotros lo hagáis no es necesario seguir una
pauta en concreto, cada cual puede idearlo conforme a su sentir, pero es útil
que alguien haga de oficiante. Sirva, por ello el que propongo a continuación
como ejemplo, pero se corresponde a mi sentir, quizá os inspire el vuestro personal. Recordemos que un rito es un
momento de consciencia amplificada, de comunión grupal y puede suponer una
experiencia iluminadora. Por ello debe ser sentido y no simplemente una
dramatización.
Aprovechando
el estado de ánimo y sensibilidad y/o conocimiento inspirado en el ritual,
procedemos a la tranquila actividad meditativa de los cubitos de hielo herbales,
honrando o aportando a nuestra vida la
cualidad o cualidades elegidas. Hagámoslo con toda la inocencia y humildad,
sabiendo que ello no sólo nos beneficia a nosotros mismos, sino a todas
nuestras relaciones.
Ya nos
queda poco, pero que sea pleno de significado, con lo cual confeccionamos los
mosaicos de semillas como una forma de honrar a esta época de semillas y futura
vida.
Y antes de
concluir el encuentro, adentrémonos en nuestra interioridad y dediquemos unos
minutos a la autosanación. Se trata de una actividad que quienes participáis de
la meditación del verano en Cepsi ya
conocéis, y que vamos a reproducir aquí nuevamente. Es una conexión con aquello
de valioso y sagrado hay en nosotros y debemos reconocer y desarrollar.
Con el
ánimo de auto aceptación y de mutuo reconocimiento aportado por esta última
actividad, todos reunidos vamos a tomar los instrumentos naturales y
dispongámonos para agradecer y celebrar nuestro mutuo apoyo en esta festividad
de Lugnasad. Ahora dejemos brotar nuestro sentir de modo lúdico y divertido a
través de la libre expresión de ritmos, cantos y bailes
Mostrando nuestra conexión con la Madre Tierra en su generosa
entrega con la cosecha. Exterioricémoslo mediante nuestros ritmos, cantos y
bailes compartiéndolo con todas nuestras relaciones.
Sintamos el
entrañable sentimiento de finitud al final del encuentro, abracémonos,
despidiéndonos y mantengamos en nuestro corazón toda vivencia obtenida con su
sabiduría adquirida.
El ritual de Lugnasad.
Se
precisa un oficiante que se sepa el rito y lo sienta propio.
Lo
primero es la limpieza energética de la estancia si se hace en un interior, si
es en el exterior, este paso no es necesario, pues no hay adherencias
energéticas, a no ser que algún acontecimiento significante haya acontecido en
el lugar recientemente o históricamente. Al hacerlo visualizar que se ahuyenta
toda negatividad. En Ontoenergética lo hacemos sahumando el lugar con salvia,
copal o incienso de cedro.
Seguidamente,
con el mismo sahumador, o con un bastón de olor se purifica el oficiante y a
todos los participantes. Así se crea un sentimiento de pureza y favorece la
entrada en un estado de consciencia acrecentada.
Ahora
el oficiante se dirige al Norte, invoca al guardián del Norte, al Espíritu del
Aire y de todos los alados, Señor de la Mente Pura y del Espíritu del Guerrero.
Ahora
se dirige al Este, invoca al Guardián del Este, al Espíritu de la Luz y el Fuego y de todos los
seres de sangre fría que puebla la
Tierra, Señor de la Inspiración, de la Iluminación y
Creatividad y de la visión de la Verdad Interior.
Seguidamente
se dirige al Sur, invoca a la
Guardiana del Sur, a la Señora de la Vida y Naturaleza con todos sus seres vegetales y
de cuatro patas y sangre caliente, Señora del Amor, de la nutrición y Salud.
A
continuación se dirige al Oeste, invoca a la Guardiana del Oeste, a la Señora de todas las Aguas y
de todos los seres que las pueblan. Señora del Misterio, de lo insondable y
oculto, de la Otra
Realidad, de la
Puerta de la
Muerte; del depósito universal de la Sabiduría.
Seguidamente
se procede a la invocación por la festividad celebrada, a Lughnasad: Guardianes
de las Cuatro esquinas del mundo, en este día de Lughnasad, os invoco y convoco
para que protejáis este santuario y lo llenéis de vuestros poderes.
Ahora
invoca a “Todas nuestras Relaciones” con “Mitakuye Oyasin”, y a nuestros
ancestros, a nuestros parientes, amistades, comunidad y humanidad, a todos los
seres visibles e invisibles que nos acompañan en este mundo solicitando su
apoyo.
Hecho
esto se invoca a la Abuela
y Madre Tierra, esencia de todo cuanto es material y vive, que nos crea,
sustenta y ama. Declaramos ser uno con ella.
Y
finalmente se dirige al Gran Misterio, fuente de toda energía, consciencia y
vida; declarando aspirar a “ser uno con Él”. Luego el oficiante refuerza “Todo
es una Totalidad”. “Todo es Uno”. “Todo es Gran Misterio”.
Se
ha realizado un giro completo alrededor del altar, ahora se procede a realizar
otro convocando el poder y significado de las Ocho Puertas Sagradas de la Rueda Medicinal:
Convoco
el poder de la Puerta
de Yule, la del desafío, la de la
Voluntad e Intento de Vivir; concédenos tu poder en la
celebración de Lughnasad.
Convoco
el poder de la Puerta
de Imbolc, la de la aspiración al despertar de la consciencia, concédenos tu poder
en la celebración de Lughnasad.
Convoco
el poder de Puerta de Ostara, la de la inspiración y creatividad; concédenos tu
poder en la celebración de Lughnasad.
Convoco
el poder de la Puerta
de Beltane, la de la energía vital de la fertilidad y sexo; concédenos tu poder
en la celebración de Lughnasad.
Convoco
el poder de la Puerta
de Litha, la de la energía del Amor y plenitud, concedeos tu poder en la
celebración de Lughnasad. Celebramos y potenciamos tu poder para que lo
extiendas por todo el mundo.
Hoy
convocados en la Puerta
de Lugnasad, la puerta del amor sabio, leal y fiel; celebramos y potenciamos tu
poder para que lo extiendas por todo el mundo.
Convoco
el poder de la Puerta
de Mabon, la puerta del Misterio, sabiduría y desapego; concédenos tu poder en
la celebración de Lughnasad.
Y,
finalmente convoco el poder de la
Puerta de Samhain, la puerta de la Muerte y Eternidad;
concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Que
vuestra presencia proteja y purifique las Ocho Puertas y todas ellas nos
aporten su fuerza y poder.
Poderoso
astro del sol, fecunda Madre Tierra, amorosa y generosa, hoy celebramos el gran
día de vuestra abundancia.
A
continuación enciendo el fuego del altar situado en el Sur.
Ahora
tomo el grano o las espigas de cereal.
Me
pongo frente al altar y declaro:
-
Ahora es el tiempo de la Primera Cosecha, cuando la Madre Tierra nos da su
abundancia para que podamos vivir.
-
Oh Señor de luz y calor, con
tu poder haces posible los campos en maduración, Señor de los granos, dame la
comprensión del misterio de tu sacrificio mientras te entregas a la muerte y
transformación para que prosiga tu poder de vida.
-
Oh, Señora, generosa madre,
enséñanos los secretos del renacimiento mientras el Sol pierde su fuerza y las
noches se enfrían.
Froto
las espigas dejando caer su grano, o parte de los granos entre los dedos de
forma que caigan sobre el altar.
Me
dirijo a las Cuatro direcciones y sus guardianes:
-
Cuatro Esquinas del mundo,
ayudadnos a obtener la paz.
-
Guardián del Norte, con tu
aire barre nuestra importancia persona, que podamos obtener la consciencia pura
(soplo el aliento con agua floral por el altar y presentes).
-
Guardián del Este, quema
nuestro temor y que nazca nuestra verdad. (Todos hacen una ofrenda de salvia al
fuego).
-
Guardiana del Sur, concédenos
tu abundancia, tu amor y cuidado y recibe nuestra ofrenda floral (cada cual
deja una pequeña flor en el altar).
-
Guardiana del Oeste, riega con el agua purificadora el mundo
desvelando el asombro de tu misterio (Se salpica el altar y a los presentes con
algo de agua del altar).
-
Y a todos nuestros ancestros,
las generaciones venideras y a todos los seres visibles e invisibles que
comparten con nosotros este mundo. Apoyadnos para que la plenitud y armonía
acontezca.
Ahora
me dirijo al altar de Lugnasad , tomo una fruta y digo:
-
Como de la Primera cosecha. Se funden
sus energías con las mías para que se mantenga la vida y continuar con la
realización de mi ser.
-
Oh, Señora de la Tierra y la Luna y Señor del Sol. Soy
parte de vosotros, de vuestro misterio. Os doy gracias por la continua
fertilidad de la Tierra.
-
Que las semillas se acojan en
tu bendito y oscuro seno asegurando renacimiento con el calor de la proxima
primavera.
Guardo
las semillas de las frutas que he consumido durante el ritual para sembrarlas.
Ahora tomo del pan del altar y parto unas
porciones entregándolas a los participantes para que lo ingieran haciéndose
físicamente partícipes de significado de este misterio.
……………………………………………………………………………………..
-
Sagrada Rueda de la Vida, en esta jornada de
Lughnasad,
Disfrutemos de
la abundancia en el mundo,
Nazca el Amor,
la abundancia y la alegría.
Que nos reúna a
todos como hermanos.
Doy gracias. Es
bueno.
¡Mitakuye
Oyasin! - Aho.
Aguardo
unos momentos mientras permanecemos unos momentos en estado meditativo.
Y
nuevamente me dirijo al altar para realizar el cierre diciendo:
-
Agradezco a los Siete poderes
de la Sagrada Rueda de la Vida:
-
Gracias Guardián del Norte,
por tu espíritu guerrero.
-
Gracias Guardián del Este,
por tu luz e iluminación.
-
Gracias Guardiana del Sur por
tu amor, abundancia y Salud.
-
Gracias Guardiana del Oeste
por tu sabiduría y misterio.
-
Gracias a los antepasados y
demás seres que compartís este mundo por vuestro apoyo.
-
Gracias Abuela Tierra por
concedernos y cuidar nuestra vida.
-
Gracias Gran Misterio por
darnos vida y consciencia.
Y ahora
dirigiéndome a los presentes:
-
Que el poder de Lughnasad nos
acompañe y permita vivir conforme al Misterio. Que nuestras generaciones venideras
puedan seguir asimismo la
Sagrada Senda de la
Vida.
Apago
las velas y prosigo:
-
Mitakuye Oyasin. – Todos contestan Ahó.
Dejo
que el fuego siga ardiendo junto al incienso mientras abandonamos el lugar.
Aquí
doy por concluido este ensayo dedicado a la festividad de Lugnasad.
¡Que
la integridad, la autenticidad, la salud, la abundancia y la sabiduría florezca
en nuestro ser ahora y siempre!
¡Así
sea!
Ernesto Cabeza Salamó.
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