sábado, 13 de julio de 2013

Actividades en grupo o familia de Lugnasad: “La Primera Cosecha”.



Actividades en grupo o familia de Lugnasad
“La Primera Cosecha”


     Como he indicado en la exposición teórica de esta festividad, Lugnasad encierra un misterio y el cometido de las distintas actividades es abordarlo desde diversos ángulos.
Celebrar un acontecimiento Cósmico-Natural es un evento que nos compromete en todos los aspectos de nuestra vida. Lo afectivo, lo activo y el conocimiento; explorándose desde el sentimiento, desde la vivencia, desde lo simbólico y arquetípico; desde el corazón y desde el conocimiento. Todo nuestro ser y sus diversos ámbitos deben aparecer y mostrarse.
Como en todas las celebraciones de la Sagrada Rueda de la Vida, o de Gaia, las actividades no son meros entretenimientos. Tienen como objetivo el establecer contacto esencial con el fenómeno natural desde distintos niveles de consciencia; y crear un “darse cuenta”, tomar consciencia del lugar que uno ocupa en el escenario tan arduo y complejo de vivir.
No voy a repetir el significado de Lugnasad, pero sí exponer y ampliar las actividades que pueden realizarse en armonía con el significado de esta festividad.


Elaborar diosas de hierba.


Empecemos proponiendo la realización de una diosa o figura de la cosecha que bendiga nuestro hogar y nos recuerde la generosidad de la madre Tierra. Es una actividad grata que acompaña en la conexión viva con el planeta y nuestros ancestros, los que generaron esta hermosa forma de honrar a la Madre Tierra. Hay manuales  para realizar numerosas manualidades con paja, entre ellas diversas figuras, así como con otros materiales como las hojas que recubren las mazorcas de maíz. Como ejemplo expongo algunas sencillas extraídas de Internet. Como no todos disponéis de acceso a un trigal o maizal, no es imprescindible que sean de estos materiales para este propósito. De hecho, el que se realice con material vegetal que se pueda encontrar en vuestro huerto o jardín o en el  propiocampo próximo, es muy adecuado y, además, contribuye a que se produzca un lazo de conexión más íntimo con la Madre Tierra. Se puede tallar una vieja mazorca seca de maíz, puede hacerse con hierbas diversas flexibles, con tallos secos de diversos tipos de enredaderas. Dejad discurrir vuestra imaginación y con algo de cordel y diversas hierbas y platas podréis conseguir realizar algo hermoso.


Recoger las plantas para prepararlas ya, de por sí, es toda una importante actividad en la que participa todo el grupo o familia. Tengamos siempre en cuenta que allí donde recojamos materiales para nuestro propósito, debemos dejar una ofrenda de gratitud a la madre Tierra. Nosotros tomamos como modelo el proceder de los Nativo-americanos ofreciendo algo de tabaco por su peculiar y singular propiedad energética. Si estas figuras se hicieran íntegramente con hojas de tabaco secas serían unos excelentes medios entre nuestro espíritu y la Madre Tierra, pero difundiría su peculiar olor por el hogar que para algunos puede ser molesto.


Esta recolección se realiza mediante una caminata de la que más adelante me ocuparé con más detalle  
Una vez que el grupo o familia ha recogido los materiales, escogemos un lugar cómodo donde sentarse e iniciamos la labor.
 
 
Las autoras del libre “La Magia de la Tierra”, de donde procede la inspiración de estas actividades ofrecen una propuesta muy asequible:
(…) “Doble un puñado de hierbas para formar la cabeza, atenlo con algo de cordel vegetal a unos cinco centímetros para hacer el cuello. Ate otro cordel más abajo para hacer la cintura. Inserte un puñado de hierbas a través entre el cuello y la cintura para confeccionar los brazos, atando un fino cordel para las muñecas. Las hierbas que están colgando más debajo de la cintura pueden dejarse tal cual como si fueran una falda para hacer una figura femenina, o puede separarlas en dos partes y atarlas en la rodilla para hacer una figura masculina –las figuras de la cosecha pueden ser masculinas o femeninas, dependiendo de la preferencia del niño, puesto que honramos en esta época tanto a los diosas como a las diosas de la vegetación-. Puede colgar hojas a las hierbas y añadirles algunos toques: una corona de tréboles, un collar o cinturón hechos de algunas otras hierbas de forma que contraste”.
Una vez hechas estas figuras puedes colocarlas en el altar de Lugnasad para su celebración; y tras ella, se puede disponer su ubicación ya sea en el interior del hogar como bendición del hogar o en el jardín o huerto. En ambos casos se puede organizar una procesión ya que estarán plenas del poder que con nuestra intención y atención les hemos otorgado.

La Figura de Lughnasad



Ya hemos dicho que esta celebración conmemora el dios Lug, que representa el sol y en esta fiesta nos hacemos conscientes de que se debe morir para que se pueda vivir. Los frutos, el grano mueren al ser ingerido o molido para que podamos alimentarnos con él y sea parte de nosotros. Hay un sacrificio para que vivamos. Esto es un tema de hondas raíces existenciales que acompaña a la humanidad desde su origen, y es el cumplimiento de una ley universal en la que la energía se transforma de algo más sencillo a algo más complejo a través de la vida. La ley de la evolución.
Nuestro ego, la creencia de considerarnos los seres superiores de la naturaleza nos justifica considerar a los demás seres naturales como objetos a utilizar y explotar; meros objetos y, más aún, cuando no somos conscientes del proceso de su transformación, es decir de su muerte para nuestro bien. Por eso es tan importante que de forma artesanal en nuestras actividades nos hagamos conscientes de sus ciclos: nacer, crecer, florecer, fructificar, recolectarse y morir transformándose en nuestra propia vida y cuerpo. ¿No debemos sentirnos altamente agradecidos por su gran sacrificio? ¿Y con qué fin? Además de, obviamente el vivir, el contribuir a que podamos cumplir con nuestro sentido existencial: desarrollar nuestro potencial humano hasta donde cada cual pueda llegar.
También hemos dicho que la cosecha era un asunto de vida o muerte para nuestros antepasados. Una generosa cosecha significaba garantías de supervivencia, pero una escuálida representaba muerte por falta de recursos. Y esta es la Primera cosecha, se está preparando la segunda para un mes después. Así, pues había que agradecer a la Madre Tierra los favores recibidos y hacerse merecedores de una segunda cosecha asimismo favorable. Por ello se construían figuras grandes de paja con bolas de masa de pan escondidas en su vientre y, en su momento, se echaban al fuego donde se consumían y, cuando las cenizas se enfriaban, esas bolas de harina se habían convertido en pan que era, entonces, compartido y comido dando gracias al gran sacrificio que había realizado el cereal.

Vamos a retomar esta vieja tradición añadiéndole un aspecto más trascendente, convirtiéndola en un No-hacer. Un hacer es una actividad interesada, que cumple una función dentro de la sucesión causal de hechos de la consciencia ordinaria. La acción condicionada al efecto versus a la acción incondicionada sólo útil para el espíritu. Este es el poder que se atribuye a los mandalas, y justamente esto es lo que vamos a hacer en varios sentidos con esta actividad.
Vamos a construir la figura de Lugnasad de cañas y otros materiales y en su interior encerraremos masa de harina junto a diversas ofrendas y lo sacrificaremos al fuego como símbolo del sacrificio que hace parte de la Naturaleza para que nosotros vivamos. Seres vegetales, semillas, seres del agua, del aire, de la tierra, e incluso a seres humanos que renuncian a aspectos de sí mismos por nuestro bienestar y salud. A todos estos maravillosos y generosos seres que se desviven o sacrifican por nuestro bienestar y vida.
Hagamos una imagen humanoide utilizando materiales secos como cañas, mimbres, cordeles, ramitas, hierba o paja y en su tronco encerraremos nuestras ofrendas como masa de pan además de otras propias de lo que la naturaleza nos ofrece en este tiempo a más de tabaco y salvia. Después de su atenta construcción, por la noche lo entregaremos al fuego en sacrificio. Siendo plenamente conscientes de su significado.

 

Ofrendas al árbol

 Elijamos algún árbol que tenga fruto, cualquiera, sea silvestre o no. Consideremos todo lo que nos puede ofrecer un árbol. Digamos en voz alta todo cuanto proviene de ellos y que nosotros podemos aprovechar o disfrutar. Una vez hacha la lista reconozcamos lo generosos y amigables que han sido y son con los humanos y como les correspondemos habitualmente.
Ahora dirijamos a éste o estos árboles, de acuerdo a lo numeroso del grupo, vendémonos los ojos por turnos tanto adultos como niños. Que cada cual, en su turno; lo toque, lo huela, lo escuche. Que lo explore plenamente, que se haga una imagen de él sin mirar. Haceros imágenes táctiles, olfativas, sonoras. Ahora quitaros las vendas y dejad que entre por la vista, tratad de ver más allá de lo aparente mientras otros lo exploran con los ojos vendados.
Ahora dividamos el grupo o grupos en dos secciones. Una se sentará apoyando la espalda en el tronco del árbol. El otro, más numeroso, formando un círculo exterior mirando al tronco por encima de los que están apoyados en él. Los que están apoyados sentir con vuestras espaldas el árbol y mirad el follaje observando los dibujos de luz y sombras hechas por el sol entre las hojas; buscad los puntos de cielo y centraos únicamente en ello. Se dibujará otro árbol de color del cielo y luz. Contemplarlo atentamente.
Los que estáis en el círculo exterior vais a observar las oscuridades y sombras de su tronco y follaje, sólo lo oscuro hasta que esa oscuridad parezca tener cuerpo propio y/o veáis que de ella surge un resplandor.







    Seguidamente cambiaréis de posición…

A continuación, por si no lo habéis advertido, escuchad el sonido del aire entre las hojas o el aroma que trae desde él. ¿Qué se oye? ¿A qué se huele?
Ahora abrazad el árbol, cerrad los ojos y permitid que el árbol os “hable”. Captaréis por sensibilidad e intuición… ¿Qué sentimientos o estados de ánimo se presentan? ¿Cómo es el estado de ánimo del árbol? ¿Os está enseñando algo?
Es muy común que cuando nos sentimos angustiados, ansiosos, disgustados, tristes o nerviosos busquemos estar cerca o en contacto de un árbol y permitir que su energía penetre  en nosotros calmándonos, confortándonos, absorbiendo nuestros problemas. Los árboles con estas emociones lo mismo que hacen con el dióxido de carbono; lo descomponen devolviendo el oxígeno. Descomponen nuestro estado emocional devolviéndonos sentimientos serenos, armónicos y limpios.
    Seguidamente, cerrad nuevamente los ojos y contadle, en silencio, algo que os cause aflicción, contrariedad o problemas.





 

     Démosle gracias. Construyamos un círculo de piedras rodeando el tronco y en ese círculo depositemos algunas ofrendas (algo de harina, algunas flores aromáticas, salvia y tabaco; pero también podemos dejar algo más personal como mechones de cabello o algo nuestro.
     A partir de ahora incorporad a los árboles entre vuestros círculos de amigos íntimos.

 


 
El Círculo de cubos de hielo herbales

     Esta actividad se realiza en dos momentos diferentes. Una el sábado preparando las infusiones y lo serán los cubos de hielo. Una segunda parte se realizará el domingo por la mañana en el círculo de cubos de hielo y su meditación.
     Una de las leyes de la sabiduría es que en el terreno tridimensional toda manifestación está sujeta a evolución e involución. Con el aumento de energía los fenómenos se hacen más complejos, sofisticados; pero luego, al disminuir ésta se disgregan en sus partes constituyentes. Lo que significa vida-organización-complejidad y muerte-desorganización-desintegración. Complejidad y sencillez.
     Cuando prestamos atención a los fenómenos que se transforman hacia la complejidad y hacia la disolución, algo interno nos hace pararnos y tomar consciencia. Esta actividad, en su fase final celebra el poder del sol desencadenando cambios. Por ello esta actividad es un modo sencillo y también poderoso de invertir un tiempo de nuestra consciencia y amplificar nuestro respeto por las innumerables transformaciones que ocurren en el mundo que nos rodea. En última instancia es también un No-hacer. Y ya sabemos del maravilloso poder de los No-haceres, de sacarnos de la consciencia y atención ordinaria y facilitarnos el acceso a otros estados de consciencia y atención no ordinarias y, por tanto, de desafiar nuestra vida mecanicista y al ego dominador.
    Vamos a preparar recipientes con hierbas relacionadas con estados anímicos y situaciones personales y aquello que se quiera atraer o trabajar con esta actividad.
     Listado de temas y plantas:

     Temas:                                                                                     Plantas:
Amistad, comunicación                                                   Lavanda.
Energía mental                                                                  Menta y/o romero.
Valor, fuerza                                                                     Borraja.
Trabajar la calma                                                               Manzanilla.
Sabiduría interior                                                               Artemisa.
Pensamiento claro                                                             Menta y/o romero.
Confianza                                                                          Jengibre.
Éxito                                                                                  Laurel.
Creatividad                                                                        Laurel y ginseng.
Hogar feliz y dichoso                                                         Rosa.
Curación y salud                                                                 Tomillo.
Protección                                                                           Albahaca.
Purificación y limpieza                                                        Salvia.
Cansancio físico                                                                   Ajedrea.

     La primera parte de la actividad se prepara el día anterior en la cocina.
     Ahora cada cual selecciona las hierbas para hacer la infusión de acuerdo con la lista previa conforme a lo quieras invocar o honrar.

     Seguidamente se prepara una infusión fuerte utilizando ½ taza de hierba seca y ½ litro de agua hervida. Dejemos reposar hasta que esté a la temperatura del ambiente, después se cuela y se enfría. La proporción para una taza de infusión + unos 12 cubitos es de ½ taza de hierbas y ½ litro de agua; de lo cual ¼ de litro se destinará a la infusión y el otro ¼ de litro a cubitos por persona. A algunos niños, quizá no les haga mucha gracia tomarse la infusión en su momento, pero se puede arreglar poniendo en su taza la mitad  de infusión y la otra mitad de zumo de frutas. La parte de infusión la colocamos a refrescar en el frigorífico, y la parte a congelar en cubiteras. Para que resulte aún más entretenido para los niños, se les puede pedir que coloquen unas briznas de las hierbas respectivas dentro de cada compartimento de la cubitera antes de que se pongan en el congelador para mañana.

      En el programa de actividades propongo que esta actividad se realice el domingo por la mañana después del ritual de Lugnasad.





     Busca tu lugar al aire libre y siéntate en el suelo con tu vaso de infusión y tus cubitos. Piensa en el sol y temperatura eligiendo el lugar y la protección adecuada.
      Una vea acomodados en el sitio y sin interferencias extrañas tomaos unos momentos para interiorizaros y mostraros receptivos con el ambiente. ¿Cómo te sientes sentado y cómo sientes lo que hay bajo de ti? ¿Qué vida verde crece a tu alrededor? ¿Percibes alguna criatura animal (abeja, araña, hormiga, mariquita, etc.) que se mueva entre la hierba o por el aire? Date cuenta de los ruidos, de los olores, de los colores y sus matices. Este será tu lugar sagrado, tu círculo de poder. 

 
    Ahora dispón cuidadosamente en círculo a tu alrededor los cubitos de hielo, entretanto reflexiona sobre la cualidad que estás invitando y honrando en tu vida. Improvisa o recita alguna canción al propósito mientras los colocas siguiendo la dirección de las agujas del reloj.
     Una vez creado el círculo de cubitos, muy lentamente bebe la infusión y presta atención a los cubitos. Obsérvalos mientras el sol y su calor los derriten. Y mientras esto sucede, imagina que la energía de la hierba se libera y vuelve a la vida, generando un círculo húmedo a su alrededor. Como los niños pueden tener dificultades en mantenerse quietos en el interior del círculo, se les puede invitar a que toquen música, cantes y/o bailen dentro del círculo ayudando a que se derritan los cubitos. Si aún habiendo mezclado la infusión con zumo de fruta, les resulta extraña, pueden probar de beber un sorbito y luego pueden mojar los dedos en ella y rociar por el alrededor.
    Una vez que te hayas bebido la infusión y los cubitos se han derretido, transformado; tómate otro tiempo para sentir el poder del sol y de las hierbas. Lo que era sólido se ha transformado, se ha hecho fluido y lo ha absorbido la tierra convirtiéndose en parte de ella. Medita sobre el significado profundo que esto encierra como sabiduría.
     Luego, dando por acabada la actividad, toma con tus dedos algo de la humedad que queda en el suelo y ponla en el entrecejo (el tercer ojo) creando un vínculo entre tu espíritu, la Tierra y la energía de las hierbas de la infusión.



Caminata-paseo para recoger hierbas y semillas, y mosaico de semillas.

    Para acabar de ultimar el altar de Lugnasad y realizar dos de las actividades propuestas debemos adentrarnos en la naturaleza para obtener el material con qué hacerlo.
    El medio verano es la estación de la gran mayoría de las semillas y el tomar consciencia del gran poder concentrado que se presenta a vuestro alrededor.
     En el paseo vamos a tener a mano nuestro paquetito de picadura de tabaco, con el que ofrecer como plegaria de agradecimiento a la madre Tierra y al espíritu de las plantas que vamos a recoger o recolectar sus semillas.
     El tabaco es una hierba sagrada para los nativo-americanos porque  son conscientes de que absorbe energía y ésta es la que producimos con nuestro sentir y pensar. Si a la pizca de tabaco de ofrenda le enviamos una oración de agradecimiento a la Vida, a la Madre Tierra, al espíritu de la planta; esta energía nacida en nuestro corazón permanecerá en el tabaco y la irá liberando en el lugar donde se deposite. No olvidemos esto.
ecogido.    En el altar de Lugnadsad podemos colocar algunas figuras de la cosecha y un bol con frutos, semillas y vegetales de la estación, así que iremos en búsqueda de un manojo de hierba para crear la diosa de la cosecha y frutos y semillas para el bol del altar. Además de si deseáis o queréis recoger plantas medicinales para vuestro hogar o para acompañar a la comida y cena que realizaremos a lo largo de la jornada. Todo cuanto recojamos es sagrado y no debemos despilfarrar o recoger lo que no tengamos que utilizar en nuestro provecho y el de todas nuestras relaciones. Seamos conscientes de ello en esta caminata solitaria o grupal. Con un periodo de 45 minutos puede ser suficiente. A la media hora se hará sonar la caracola, y otra vea a los 45 minutos. Nos reuniremos a continuación para disponer de lo recogido.





    Se pueden recoger semillas de gramíneas que aún no se hayan recolectado (trigo, cebado, avena…), frutos y semillas de hierbas silvestres, de arbustos, de árboles. Observar la inmensa variedad de recursos que la Naturaleza ha diseñado para la continuidad de la vida. Si encontráis, como es muy fácil; las esferas etéreas de diente de león podéis soplarlas formulando un noble deseo.
    Si se dispone de un huerto y en él hay frutos con semillas se pueden recoger. Se puede hacer con semillas de pimientos maduros, de sandía, de melón, de calabaza, de girasol, de tomate, etc. Unas se pueden recoger para el bol del altar, otras se pueden comer directamente y otras se pueden reservar como semillas para plantar en su momento.
     Recogemos, para reconocer y honrar en esta época de semillas, una amplia variedad de diferentes formas y colores que puedes encontrar en el huerto, en el campo, en el jardín y que después utilizarás para preparar el mosaico. Con ellas se elaborará soles, espirales, filigranas, diosas de la naturaleza, etc., con todo tipo de colores y formas en estas semillas tan especiales. Este mosaico también lo colocaremos en el altar de Lugnasad y después os lo podréis llevar a vuestras casas con su poder para bendecir vuestro hogar. Para ello recortaremos una cartulina blanca en la forma que prefiráis (triángulo, círculo, cuadrado, etc.) y en él dibujaremos en lápiz la plantilla del mosaico, sobre ella iréis pegando las semillas recogidas y configurando vuestro mosaico de Lugnasad.


Crear el altar de Lughnasad.

 
    Un altar es un lugar donde confluyen energías procedentes de la consciencia, de la atención, de sentimientos, emociones, símbolos, pensamientos y aspiraciones. Es una lente de aumento que crea un lugar especial y significativo.
Un altar es como una lente en la que se concentra la atención compartida centrada en una intención. En la confección del mismo participa todo el grupo sea familiar como de allegados y se va concluyendo a  lo largo de toda la jornada a medida que se obtienen y se completa a lo largo de toda la jornada a medida que se obtienen o preparan, así que ahora propongo un esbozo.
Como en Lughnasad se celebra la Primera cosecha y el misterio que encierran las semillas, el que todo esto figure en él  es adecuado. Un círculo de piedras en la tierra, un tocón de árbol cortado, un montículo de tierra o una mesa circular son adecuados. Para el ritual es conveniente que figuren algunas espigas.



 
Es importante que figure algún fuego en el altar y que además se localice en el Este, el lugar del elemento fuego en la Sagrada Rueda Medicinal Ontoenergética. Lugnasad es la mitad de verano, por lo tanto sus símbolos se unen a los del verano en su conjunto. Deben figurar frutas del tiempo, haciendo especial énfasis en el aspecto semillas; es imprescindible el que figure una hogaza de pan hecho entre los participantes y sea también el centro del altar; a su alrededor se van colocando alguna de las figuras de la cosecha destinadas a este fin, el bol con semillas, frutos y vegetales de la estación. Debe ser un recordatorio de la generosidad de la Madre Tierra.

Cada cual puede seguir la tradición que sienta más próxima. Ya sea oriental, céltica, cristiana, musulmana, amerindia o africana. Los elementos son simbólicos y obtienen significado conforme a la tradición del grupo. Personalmente me decanto por la amerindia por su austeridad y sencillez. Cada cual haga el altar conforme a su sentir y creencias.
Mi propuesta es marcar las Cuatro Esquinas del Mundo con su símbolo: Norte-guerrero-mente-aire con el símbolo de plumas representando a los alados. El Este-vidente-verdad-fuego o luz con un fuego o vela simbolizando la verdad interior, la iluminación y la creatividad. El Sur-sanador-amor-Madre Tierra con arena o piedras y ramos vegetales de salvia. Y el Oeste-misterio-sabiduría-agua con un recipiente con agua representando el misterio, la otra realidad y la muerte con el desapego, aquí conchas marinas pueden ajustarse bien. En el Centro del altar coloco una pluma de águila indicando la alta aspiración de elevarse hacia el Gran Misterio, las espigas  y la Hogaza de pan que representan el misterio de Lugnasad. El incensario o sahumador lo coloco en el Noroeste. El caldero o bandeja de ofrendas al fuego en el Sureste. La vela específica de Lugnasad en el Sur rodeada de círculos de plantas y el bol de frutos y semillas; repartiendo los demás detalles por todo el altar de un modo armónico. Cada cual añade aquello que quiere aportar y le resulta significativo. Puede que a los niños les apetezca realizar dibujos sencillos con semillas por el altar o colocarle flores que han recogido. Coloquemos también en el Sur una vela de color dorado amarilla o verde, que son los colores del verano y el sur;  que nos  recuerde las cosechas y también algo de miel recordando el aroma y la dulce cosecha que de estos nobles insectos se obtiene. Finalmente coloquemos aluno de los mosaicos de semillas realizados y las diosas o figuras de la cosecha seleccionadas para el altar.


La comida especial de Lugnasad.


     El medio verano es un momento muy especial dentro del conjunto del verano que está plenamente asociado con el Sistema cardiovascular además del énfasis en el Eje Cielo-Tierra. Es por ello que el corazón y la circulación se armoniza con el estómago, el bazo y el páncreas de acuerdo con la Ontoenergética del verano y del Eje Cielo –Tierra. El dominio sobre la energía calorífica corporal y la circulación con el vínculo con la Madre Tierra en su contexto energético.
     Estamos plenamente inmersos en la época de la Primera cosecha y su plasmación simbólica europea-mediterránea con el trigo, así como en Oriente es el arroz o en América el maíz. Por ello en las comidas de la celebración de Lugnasad debe figurar de forma destacado su misterio representado por el grano de cereal y su transformación en harina y pan. Pero no se trata solamente de que éste figure en la comida o cena, sino que éste sea hoy especial. Sea porque se adquiera uno especial para la ocasión o, y es lo preferible, que sea elaborado por el propio grupo de la forma más consciente posible. El énfasis en el efecto de “transformación” se percibe  especialmente con el efecto de la levadura, que eleva la masa cambiándola de forma. Hornear la masa de pan convirtiéndolo en un pan sería la actividad más acorde con la Tierra y con el espíritu de la festividad. No es necesario hacer un pan sofisticado, ni las genuinas hogazas, basta con hacer uno sencillo pero con plena consciencia, rememorando la gran importancia que tenía este alimento para nuestros ancestros. Tratad de imaginar que hemos cultivado el cereal, lo hemos segado con la hoz y  lo hemos trillado en la era; luego lo hemos molido convirtiéndolo en harina y ahora lo amasamos y le añadimos levadura transformándolo en el alimento de todos. Los deseos, las energías, los esfuerzos, todo en el acto de prepararlo y después en comerlo. Ahora que ya conocemos el significado de esta festividad imaginad que estás trabajando con la energía de la Madre Tierra como diosa y la del Sol como un dios, y que se sacrifican por todos vosotros.


    Si se hace el pan, como sería deseable en grupo familiar, todos deben participar en el amasado y su ejecución. El hacer porciones individuales está bien en el sentido de que cada cual puede sentirse responsable de su ración; pero también es altamente significativo la cohesión y espíritu fraternal cuando se prepara uno grande y se corte y reparta después entre todos.
     Estar conscientes supone que todos los sentidos tanto externos como internos están activos. Mientras se hornea el pan, veámoslo dorándose, olamos su fragancia y luego su color, su calor, su textura, su olor.



Gazpacho
     Pero además de un buen pan, para Lugnasad, deben figurar los demás ingredientes de la abundancia de la cosecha. Los vegetales frescos y frutos del tiempo. Ensaladas variadas, gazpacho,  un pisto de verduras de la huerta, o incluso un frito de vegetales; pero ahora conviene que en su caldo se pueda untar el pan.
 
     Como bebida es tradicional la presencia de la cerveza sea con o sin alcohol por su estrecha relación con el mundo de los cereales; y para los niños lo mejor son los zumos de frutas del tiempo. Mejor si se hacen directamente licuándolos o, cuando menos, comprados, pero sin aditivos químicos.

     Y para postres, en Lugnasad, lo conveniente sería una tarta de manzana o de peras, disponiendo sus lonchas en espirales y regadas con miel. Así esta dulce tarta nos recuerda el astro solar, siendo muy adecuada para finalizar la comida o cena. La macedonia de frutos del tiempo también es muy indicada, y si se sacrifica un melón o una sandía os complaceréis con su delicioso dulzor.

    De esta manera combinamos numerosos recursos propios de la alimentación energética del verano con el simbolismo arquetípico de Lugnasad.

El grupo familiar o de amigos en Lugnasad.

     Estamos a mitad del verano, el apogeo del solsticio ya quedó atrás, nos acercamos al equinoccio. Los días ya son menos largos aunque aún superan en horas a la noche. El poderoso astro solar ya manifiesta una disminución de su señorío y la vida natural se prepara para concluir sus funciones expansivas y reproductivas ante la inminente llegada de una fase de cambio hacia lo contractivo.
    Ahora, aunque el rigor del sol es muy poderoso en el cielo, en la tierra acontecen los maravillosos efectos de la fructificación con la entrega de la abundancia.

     Lo primero que vamos a realizar es el respetuoso saludo a la Sagrada Rueda de la Vida honrando sus ocho magnas puertas del modo tradicional. Así ya estamos inmersos en un contexto de atención no-ordinaria. Puede que aquellos que en el grupo estén más despiertos en lo transpersonal, puedan sentir que están en estado de consciencia acrecentado; en tal caso les pido que ya no lo abandonen  en el transcurso de toda la celebración. Es un auténtico estado de plenitud. El objetivo de saludar las Ocho puertas sagradas de la Rueda  de la Vida es generar un estado de consciencia no-ordinaria para poder experimentar los acontecimientos de este encuentro como una iniciación transpersonal y arquetípica. ; que puede dar lugar a una experiencia “pico”. Y que a través de este estado de armonía entre el microcosmo y el macrocosmo podamos imprimir un estado armonioso en nosotros mismos, en nuestras relaciones y en el propio planeta. Aquí no valen escepticismos; pretendemos ser guerreros impecables del espíritu y nuestra confrontación es incondicional. Luchar ante lo que bloquea e interfiere nuestra armonía personal y en sintonía con la armonía de la Naturaleza, de cuyo sistema energético somos una pequeña parte constituyente.

     Desde el punto de vista Ontoenergético, la energía expansiva concluye su función que es generar las semillas de nueva vida. Todos los esfuerzos energéticos ahora están dirigidos a este fin, que concluirá en los alrededores del próximo equinoccio. La energía interna de los seres vivos y la energía externa están en gran actividad. Hay expansión interior y también exterior, por eso es una fase del año extrovertido y vital; pero, como ya hemos visto, su expresión a través del sentimiento de Amor ahora es de amor sereno, sabio, maduro. El amor como alegría de vivir se va modulando como más sereno y convirtiéndose en un amor empático, compasivo, leal, fiel, incondicional. Lo entrega todo a cambio de nada; esta es la verdadera abundancia, este es el acto de generosidad y entrega más incondicional posible. Este es el sentir de la madre Tierra en la fase de la cosecha. Constituyendo el meollo del misterio arquetípico de esta celebración.
     Entregarse a la muerte para que prosiga la vida. Así lo vemos anunciado en el cielo con la disminución del vigor del sol y lo vemos en la tierra con la naturaleza de color más terrosa y produciendo las semillas, las nuevas criaturas que en su momento brotarán dando lugar a la nueva vida.
     La entrega incondicional no admite ningún apego, el apego es fruto del temor a la soledad y a la muerte. Y sin apegos  el amor irradia su poder sin obstáculos, suprimiendo el temor y el sufrimiento.

    Ahora empezamos a preparar el altar de Lugnasad, dándonos cuenta de lo que nos falta para que represente simbólicamente la vivencia del mundo que nos rodea y nuestro sentir interior. Mientras preparamos el altar veamos que éste es la representación de la vida que nos envuelve en este portal sagrado de Lugnasad.

     Si uno gusta de adecuarse con la indumentaria a esta celebración sepa que los colores propicios son los de la tierra: amarillos, dorados, marrones y verdes; y que a nuestros hijos lo podemos vestir con ellos o prepararles algunas túnicas con estos motivos explicándoles el por qué.

     De inmediato nos adentramos en la exploración del misterioso significado de esta celebración. El mejor modo es a través de la actividad alrededor del pan.
     Tanto si es factible como si no, el preparar pan desde la harina, lo que no podemos soslayar es que se da el misterio de su transformación y esto debe meditarse profundamente. Más adelante durante el ritual, estando alrededor del altar, realizaremos la experiencia trascendente compartida de cortar este pan y comerlo en fraternidad, lo que nos conducirá a recuerdos ancestrales y arquetípicos.

     El participar activa y conscientemente en la transformación de la masa de harina en pan nos conduce a interrogarnos acerca de nuestra transformación personal y cómo entregamos o compartimos nuestros dones  para el mejoramiento y el bien de nuestro mundo humano y natural.
     En este mismo contexto, es tradicional el que se entregue una ofrenda al fuego del pan ceremonial en la hoguera de Lugnasad; y para ello construimos una figura de Lugnasad en cuyo interior colocaremos las ofrendas y que, en su momento, entregaremos al fuego. Ya hemos visto que la preparación de esta figura es un auténtico No-hacer; acto que sólo tiene poder en el aspecto de lo profundo del Ser, en nuestro Self.

     Para poder completar el altar y realizar las siguientes actividades debemos realizar una caminata de exploración y recolección. Necesitamos recoger hierbas para elaborar las diosas de la cosecha, necesitamos frutos y semillas para el mosaico y el bol de ofrendas del altar; a más recolectar, si se desea, plantas de uso medicinal personal. Caminemos conscientemente con nuestras ofrendas de tabaco para agradecer a la Naturaleza y al espíritu de las plantas su abnegada entrega. Sintamos que nuestros pies están en contacto con la madre Tierra y todos nuestros sentidos internos y externos en contacto con ella. Sintámonos anímicamente compartiendo y participando del estado de ánimo y sentimiento propio de este umbral, de este portal sagrado.
     De vuelta, aportando lo recogido, nos disponemos a preparar la comida del día, plenamente conscientes de estar inmersos personalmente, socialmente y energéticamente de la atmósfera vivencial de la celebración. Este momento lo dedicaremos también a la preparación de las infusiones  y cubitos de hielo herbales. Después al celebrar la comida grupal, démonos cuenta que comer es un acto sagrado arraigado plenamente en el misterio de Lugnasad. Veamos este comer como un “comer no-ordinario” y esto también nos va a valer después durante la cena, que será en el momento cumbre de la celebración.

 
    Tras la comida emprenderemos la labor de elaborar las diosas de la cosecha, cada cual siguiendo la propia inspiración. Estas figuras herbales simbolizan a la Madre Tierra, a la Naturaleza participándonos su amor y abundancia; y estas figuras nos van a acompañar durante todo el año bendiciendo nuestro hogar. Acordémonos que en el próximo Lugnasad, estas figuras deberán ser sustituidas por nuevas y las viejas deberán ser entregadas a la hoguera de Lugnasad junto con la figura de las ofrendas. Para los niños desprenderse de las “muñecas” de la cosecha puede costarle algo, pero se les explica que para esto se hacen o se han hecho las nuevas y, las antiguas, están deseando volver a la tierra de donde nacieron después de haberlos acompañado durante todo un año.

    Imbuidos del sentir, participando con el corazón abierto en la resonancia ancestral y arquetípica de esta etapa tan importante del año, acerquémonos a los árboles con frutos y honrémolos entrañablemente tratando de fundirnos energéticamente con su existir, con su serena y vigorosa sabiduría. Descubramos todo cuanto pueden transmitirnos y lo que podemos aprender de ellos.

    Y ya  con todo ello, estamos en la fase más profunda e intensa de la celebración. Preparemos la hoguera, no tan grande y vistosa como la de Beltane o Litha, sino más modesta, pero grande en significado. Seamos conscientes de su significado mientras la preparamos.
     Seguidamente preparemos la cena que realizaremos junto al fuego. Mientras la preparamos veamos los paralelismos  entre preparar la hoguera y prepararnos la cena. Consideremos el efecto transmutador del fuego y el misterio de la transformación de los alimentos que son vida que se sacrifica para nuestra vida.
     Estando todo preparado, nos reunimos alrededor de la hoguera, habiendo hecho el saludo al Crepúsculo y la purificación con salvia, procedemos a encender la hoguera en la que estratégicamente está colocada la figura de ofrendas de Lugnasad.

    Mientras arde la hoguera con la figura entregamos al fuego de Lugnasad las demás ofrendas que tengamos previstas y las diosas de la cosecha del año pasado. Le sigue el trabajo meditativo y, sin renunciar a él, proseguimos con los cantos y bailes que nos surjan de tal estado anímico.

    Seguramente ya estamos en condiciones de realizar la cena. Tengamos en cuenta mientras la hacemos que se está sacrificando vida y que en el interior de nuestro organismo esta vida sacrificada que ingerimos se va a convertir en nuestro propio cuerpo y vida. Sintamos la entrañable gratitud hacia la naturaleza por su entrega amorosa por nuestra vida. Preguntémonos entonces: ¿Qué sentido adquiere ahora nuestra vida y existencia? 

 
     Esta pregunta puede ser el centro en torno al cual gravite la velación o vigilia ante el fuego hasta que decidamos retirarnos al descanso. Y en el momento de entregarnos al sueño solicitemos a la madre Tierra que nos inspire sus misterios a través de reveladores sueños, para ello va bien beber un vaso de agua antes de acostarse.

    Al amanecer, independientemente de que se haya hecho o no el saludo al sol naciente, después del desayuno nos agrupamos entorno del altar de Lugnasad, ya pleno, y efectuamos su ritual. Cuando vosotros lo hagáis no es necesario seguir una pauta en concreto, cada cual puede idearlo conforme a su sentir, pero es útil que alguien haga de oficiante. Sirva, por ello el que propongo a continuación como ejemplo, pero se corresponde a mi sentir, quizá os inspire el vuestro  personal. Recordemos que un rito es un momento de consciencia amplificada, de comunión grupal y puede suponer una experiencia iluminadora. Por ello debe ser sentido y no simplemente una dramatización.

    Aprovechando el estado de ánimo y sensibilidad y/o conocimiento inspirado en el ritual, procedemos a la tranquila actividad meditativa de los cubitos de hielo herbales, honrando o aportando  a nuestra vida la cualidad o cualidades elegidas. Hagámoslo con toda la inocencia y humildad, sabiendo que ello no sólo nos beneficia a nosotros mismos, sino a todas nuestras relaciones.

     Ya nos queda poco, pero que sea pleno de significado, con lo cual confeccionamos los mosaicos de semillas como una forma de honrar a esta época de semillas y futura vida.

     Y antes de concluir el encuentro, adentrémonos en nuestra interioridad y dediquemos unos minutos a la autosanación. Se trata de una actividad que quienes participáis de la meditación del verano  en Cepsi ya conocéis, y que vamos a reproducir aquí nuevamente. Es una conexión con aquello de valioso y sagrado hay en nosotros y debemos reconocer y desarrollar.

     Con el ánimo de auto aceptación y de mutuo reconocimiento aportado por esta última actividad, todos reunidos vamos a tomar los instrumentos naturales y dispongámonos para agradecer y celebrar nuestro mutuo apoyo en esta festividad de Lugnasad. Ahora dejemos brotar nuestro sentir de modo lúdico y divertido a través de la libre expresión de ritmos, cantos y bailes
Mostrando nuestra conexión con la Madre Tierra en su generosa entrega con la cosecha. Exterioricémoslo mediante nuestros ritmos, cantos y bailes compartiéndolo con todas nuestras relaciones.
     Sintamos el entrañable sentimiento de finitud al final del encuentro, abracémonos, despidiéndonos y mantengamos en nuestro corazón toda vivencia obtenida con su sabiduría adquirida.  


El ritual de Lugnasad.


Se precisa un oficiante que se sepa el rito y lo sienta propio.
Lo primero es la limpieza energética de la estancia si se hace en un interior, si es en el exterior, este paso no es necesario, pues no hay adherencias energéticas, a no ser que algún acontecimiento significante haya acontecido en el lugar recientemente o históricamente. Al hacerlo visualizar que se ahuyenta toda negatividad. En Ontoenergética lo hacemos sahumando el lugar con salvia, copal o incienso de cedro.
Seguidamente, con el mismo sahumador, o con un bastón de olor se purifica el oficiante y a todos los participantes. Así se crea un sentimiento de pureza y favorece la entrada en un estado de consciencia acrecentada.
Ahora el oficiante se dirige al Norte, invoca al guardián del Norte, al Espíritu del Aire y de todos los alados, Señor de la Mente Pura y del Espíritu del Guerrero.
Ahora se dirige al Este, invoca al Guardián del Este, al Espíritu de la Luz y el Fuego y de todos los seres de sangre fría que puebla la Tierra, Señor de la Inspiración, de la Iluminación y Creatividad y de la visión de la Verdad Interior.
Seguidamente se dirige al Sur, invoca a la Guardiana del Sur, a la Señora de la Vida y Naturaleza con todos sus seres vegetales y de cuatro patas y sangre caliente, Señora del Amor, de la nutrición y Salud.
A continuación se dirige al Oeste, invoca a la Guardiana del Oeste, a la Señora de todas las Aguas y de todos los seres que las pueblan. Señora del Misterio, de lo insondable y oculto, de la Otra Realidad, de la Puerta de la Muerte; del depósito universal de la Sabiduría.
Seguidamente se procede a la invocación por la festividad celebrada, a Lughnasad: Guardianes de las Cuatro esquinas del mundo, en este día de Lughnasad, os invoco y convoco para que protejáis este santuario y lo llenéis de vuestros poderes.
Ahora invoca a “Todas nuestras Relaciones” con “Mitakuye Oyasin”, y a nuestros ancestros, a nuestros parientes, amistades, comunidad y humanidad, a todos los seres visibles e invisibles que nos acompañan en este mundo solicitando su apoyo.
Hecho esto se invoca a la Abuela y Madre Tierra, esencia de todo cuanto es material y vive, que nos crea, sustenta y ama. Declaramos ser uno con ella.
Y finalmente se dirige al Gran Misterio, fuente de toda energía, consciencia y vida; declarando aspirar a “ser uno con Él”. Luego el oficiante refuerza “Todo es una Totalidad”. “Todo es Uno”. “Todo es Gran Misterio”.

Se ha realizado un giro completo alrededor del altar, ahora se procede a realizar otro convocando el poder y significado de las Ocho Puertas Sagradas de la Rueda Medicinal:
Convoco el poder de la Puerta de Yule, la del desafío, la de la Voluntad e Intento de Vivir; concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Convoco el poder de la Puerta de Imbolc, la de la aspiración al despertar de la consciencia, concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Convoco el poder de Puerta de Ostara, la de la inspiración y creatividad; concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Convoco el poder de la Puerta de Beltane, la de la energía vital de la fertilidad y sexo; concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Convoco el poder de la Puerta de Litha, la de la energía del Amor y plenitud, concedeos tu poder en la celebración de Lughnasad. Celebramos y potenciamos tu poder para que lo extiendas por todo el mundo.
Hoy convocados en la Puerta de Lugnasad, la puerta del amor sabio, leal y fiel; celebramos y potenciamos tu poder para que lo extiendas por todo el mundo.
Convoco el poder de la Puerta de Mabon, la puerta del Misterio, sabiduría y desapego; concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Y, finalmente convoco el poder de la Puerta de Samhain, la puerta de la Muerte y Eternidad; concédenos tu poder en la celebración de Lughnasad.
Que vuestra presencia proteja y purifique las Ocho Puertas y todas ellas nos aporten su fuerza y poder.
Poderoso astro del sol, fecunda Madre Tierra, amorosa y generosa, hoy celebramos el gran día de vuestra abundancia.
A continuación enciendo el fuego del altar situado en el Sur.
Ahora tomo el grano o las espigas de cereal.
Me pongo frente al altar y declaro:
-          Ahora es el tiempo de la Primera Cosecha, cuando la Madre Tierra nos da su abundancia para que podamos vivir.
-          Oh Señor de luz y calor, con tu poder haces posible los campos en maduración, Señor de los granos, dame la comprensión del misterio de tu sacrificio mientras te entregas a la muerte y transformación para que prosiga tu poder de vida.
-          Oh, Señora, generosa madre, enséñanos los secretos del renacimiento mientras el Sol pierde su fuerza y las noches se enfrían.

Froto las espigas dejando caer su grano, o parte de los granos entre los dedos de forma que caigan sobre el altar.
Me dirijo a las Cuatro direcciones y sus guardianes:
-          Cuatro Esquinas del mundo, ayudadnos a obtener la paz.
-          Guardián del Norte, con tu aire barre nuestra importancia persona, que podamos obtener la consciencia pura (soplo el aliento con agua floral por el altar y presentes).
-          Guardián del Este, quema nuestro temor y que nazca nuestra verdad. (Todos hacen una ofrenda de salvia al fuego).
-          Guardiana del Sur, concédenos tu abundancia, tu amor y cuidado y recibe nuestra ofrenda floral (cada cual deja una pequeña flor en el altar).
-          Guardiana del Oeste,  riega con el agua purificadora el mundo desvelando el asombro de tu misterio (Se salpica el altar y a los presentes con algo de agua del altar).
-          Y a todos nuestros ancestros, las generaciones venideras y a todos los seres visibles e invisibles que comparten con nosotros este mundo. Apoyadnos para que la plenitud y armonía acontezca.


Ahora me dirijo al altar de Lugnasad , tomo una fruta y digo:
-          Como de la Primera cosecha. Se funden sus energías con las mías para que se mantenga la vida y continuar con la realización de mi ser.
-          Oh, Señora de la Tierra y la Luna y Señor del Sol. Soy parte de vosotros, de vuestro misterio. Os doy gracias por la continua fertilidad de la Tierra.
-          Que las semillas se acojan en tu bendito y oscuro seno asegurando renacimiento con el calor de la proxima primavera.

Guardo las semillas de las frutas que he consumido durante el ritual para sembrarlas.
Ahora tomo del pan del altar y parto unas porciones entregándolas a los participantes para que lo ingieran haciéndose físicamente partícipes de significado de este misterio.

……………………………………………………………………………………..

-          Sagrada Rueda de la Vida, en esta jornada de Lughnasad,
Disfrutemos de la abundancia en el mundo,
Nazca el Amor, la abundancia y la alegría.
Que nos reúna a todos como hermanos.
Doy gracias. Es bueno.
¡Mitakuye Oyasin!    - Aho.

Aguardo unos momentos mientras permanecemos unos momentos en estado meditativo.
Y nuevamente me dirijo al altar para realizar el cierre diciendo:
-          Agradezco a los Siete poderes de  la Sagrada Rueda de la Vida:
-          Gracias Guardián del Norte, por tu espíritu guerrero.
-          Gracias Guardián del Este, por tu luz e iluminación.
-          Gracias Guardiana del Sur por tu amor, abundancia y Salud.
-          Gracias Guardiana del Oeste por tu sabiduría y misterio.
-          Gracias a los antepasados y demás seres que compartís este mundo por vuestro apoyo.
-          Gracias Abuela Tierra por concedernos y cuidar nuestra vida.
-          Gracias Gran Misterio por darnos vida y consciencia.

Y ahora dirigiéndome a los presentes:
-          Que el poder de Lughnasad nos acompañe y permita vivir conforme al Misterio. Que nuestras generaciones venideras puedan seguir asimismo la Sagrada Senda de la Vida.

Apago las velas y prosigo:
-          Mitakuye Oyasin.   – Todos contestan Ahó.

Dejo que el fuego siga ardiendo junto al incienso mientras abandonamos el lugar.

Aquí doy por concluido este ensayo dedicado a la festividad de Lugnasad.

¡Que la integridad, la autenticidad, la salud, la abundancia y la sabiduría florezca en nuestro ser ahora y siempre!
¡Así sea!

Ernesto Cabeza Salamó.


 
















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